La Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel obtendría un 37% de los votos, según la última encuesta publicada ayer en el diario «Bild am Sonntag», lo que supone tres puntos menos que hace tan solo una semana, afectada por los escándalos de evasión fiscal y las acusaciones de nepotismo contra su partido hermano, la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU).

En cambio, los socios de gobierno de Merkel, el Partido Liberal Demócrata (FDP), han subido un punto hasta el 5%, el mínimo para entrar en el Bundestag. La suma de ambos grupos, con el 42%, les igualaría con la suma del Partido Socialdemócrata (SPD, 27%, sin cambios) y Los Verdes (15%, un punto más).

En abril, el presidente del club de fútbol Bayern de Munich, Uli Hoeness, reveló voluntariamente a las autoridades el caso de evasión fiscal protagonizado por él mismo, lo que provocó amplias críticas por la pasividad del Gobierno de Merkel ante los delitos fiscales.

Además, Hoeness está estrechamente vinculado a la CDU y mantiene una relación personal con la propia Merkel.

Estos datos son especialmente importantes ante la cercanía de las elecciones federales, previstas para el 22 de septiembre, mientras que en Baviera, tradicional feudo conservador, los comicios regionales se celebrarán una semana antes.

El mes pasado el portavoz de la CSU en el Parlamento bávaro dimitió tras reconocer que desvió fondos públicos para pagar un importante sueldo para su esposa, que trabajaba como su asesora, una práctica utilizada por los diputados regionales durante años. Varios miembros del gobierno regional han anunciado tras conocerse el escándalo que destinarán estos fondos a la caridad.

«Estos últimos acontecimientos han acabado con la confianza en las élites económicas», reconoció el presidente de Emnid, Klaus-Peter Schoeppner