Los encuentros de ida de las finales de las tres competiciones femeninas se saldaron ayer con victoria para los equipos visitantes. En la Champions League el Györi Eto húngaro vencía a domicilio al Larvik (21-24, 13-12 al descanso) con 8 goles de la central Anita Görbicz, 6 de la pivote Heidi Loke y 5 de la extremo zurda Radicevic, en un partido excepcional de su portera Lunde-Haraldsen (20 paradas), aunque Leganger tampoco le fue a la zaga en la portería noruega (17).

El campeón húngaro acaricia más que nunca su primer título europeo, aunque deberá frenar la euforia de cara a la vuelta el próximo sábado, porque acumula ya siete decepciones anteriores, tras quedar subcampeón 2 veces en la Champions, 1 en la Recopa y 4 en la Copa EHF. El Larvik, con un título de Champions -ante Itxako- y dos de Recopa en su palmarés, dispone de una plantilla solvente y experimentada que podría remontar la final en pista húngara. Ayer sus mejores goleadoras fueron la pivote Blanco (5) y las zurdas Koren Riegelhuth y Sulland (4 cada una), pero Hammerseng se quedó en un gol y Edin ni siquiera se estrenó.

En la Recopa el club que sirve de base de operaciones a la selección brasileña en Europa, el Hypo Niederösterreich austríaco, goleó a domicilio al Issy París (22-30, 11-16 al descanso) dejando casi decidida la final. La lateral bosnia Acimovic -nacionalizada austriaca- marcó 9, y los otros 21 se los repartieron las brasileñas Da Silva (6), Fachinello y Nascimento (5 cada una), Rodrigues (4) e incluso la portera Arenhart (1).

En la Copa EHF el Metz francés también se impuso en la pista danesa del Holstebro (31-35, 16-18 al descanso). Pese a la impresionante exhibición de la extremo izquierda danesa Norgaard-Osterballe (15 goles), el Metz impuso la profundidad de su banquillo, con hasta 11 jugadoras que lograron marcar, todas salvo la alicantina Lara González.