La violencia en Siria ya dejó más de 70.000 muertos en poco más de dos años y los últimos bombardeos podrían suponer un punto de inflexión por la implicación, cada vez menos disimulada, de Israel. Irán, su mayor enemigo, se mostró dispuesto a «entrenar» al Ejército sirio.

Según Damasco, el Estado israelí bombardeó ayer de madrugada (poco antes de las dos) tres posiciones militares al noroeste de la capital con misiles lanzados por aviones procedentes de Israel vía el sur de Líbano. «Esta agresión causó muertos y heridos y graves destrucciones», aseguró el Ministerio de Exteriores sirio en una carta dirigida al Consejo de Seguridad de la ONU.

Dicho ataque fue contra un centro de investigaciones científicas en Jamraya (afueras de Damasco), que ya fue atacado en enero por Israel, y contra dos objetivos militares -un importante depósito de municiones y una unidad de defensa antiaérea-, según un diplomático en Beirut que pidió el anonimato.

Un responsable israelí confirmó este ataque y afirmó que estaba dirigido contra «misiles iraníes destinados a Hizbullah», el movimiento chiita libanés aliado de Bashar al-Assad. «Cada vez que Israel tenga información sobre el traslado de misiles o armas de Siria a Líbano (para Hizbullah), serán atacados», añadió dicho responsable.

«Cielo rojo y amarillo»

Irán, aliado del Gobierno sirio, replicó a través de su comandante del Ejército, el general Ahmad Reza Pourdastan, quien dijo que el país está dispuesto a «entrenar» al Ejército sirio.

Habitantes del noroeste de Damasco, a varios kilómetros de Jamraya, describieron el ataque como «un temblor de tierra» y «un cielo donde se mezclaban de manera terrorífica el rojo y el amarillo». Un vídeo colgado en internet por activistas opositores, que no ha sido autentificado, muestra en la noche inmensas llamas y explosiones.

Para el Gobierno sirio, el ataque de ayer vuelve la situación en la región más peligrosa y demuestra que los rebeldes que se oponen a Bashar al-Assad son «los instrumentos de Israel en el interior» del país. Sin embargo, el Ejército Libre Sirio (ELS), principal grupo armado sublevado, ha condenado el ataque israelí: «condenamos la agresión israelí en territorio sirio, pero no tenemos nada que ver con ella», ha señalado un portavoz del ELS, Loay al Mikdad, en declaraciones recogidas por el diario israelí «Ha'aretz».

«La comunidad internacional debe saber que la situación compleja en la región es ahora más peligrosa tras esta agresión», declaró a los periodistas el ministro sirio de Información, Omran al Zohbi. «El Gobierno de la República Arabe Siria confirma que esta agresión abre la puerta a todas las posibilidades, especialmente porque no deja más dudas sobre la realidad de las conexiones que existen entre todos los que participan en la guerra contra Siria», añadió el ministro leyendo un comunicado.

En la carta dirigida a la ONU, Damasco acusó al Estado agresor de apoyar a los rebeldes, en especial al Frente Al Nosra, ligado a Al Qaeda y al que el Ejército sirio combate desde hace más de dos años.

El responsable israelí antes citado también confirmó un ataque lanzado en la madrugada del viernes cerca del aeropuerto de Damasco, en el sudeste de la capital, para destruir armas destinadas, según él, a Hizbullah.

Presión a Obama

El presidente estadounidense, Barack Obama, declaró el sábado que ve «justificado» que los israelíes traten de «protegerse contra el traslado de armas sofisticadas a organizaciones terroristas como Hizbullah».

Forzar a Obama a cambiar su actitud sería el objetivo de los ataques israelíes, según el experto en Oriente Medio Ali Rizk. En declaraciones a la cadena de televisión Russia Today, Rizk sostiene que «Israel manipula la política de EEUU en Oriente Medio para arrastrar a Obama a la guerra con Siria».

Recuerda Rizk que los servicios de inteligencia israelíes fueron los primeros en denunciar el uso de armas químicas por parte del Gobierno sirio, «tratando de arrastrar a Obama a un conflicto con Siria, después de que éste dijera, en repetidas ocasiones, que el uso de las armas químicas por parte de Siria era la línea roja que Al-Assad no debía cruzar. Israel tiene un verdadero interés en provocar cualquier tipo de agresión por parte de Siria hacia su territorio, para poder reaccionar».

Con los recientes ataques aéreos sobre Siria, «Israel trata de presionar a EEUU», mandando el mensaje de que «si vosotros no entráis, lo haremos nosotros, llevaremos a cabo nuestra propia intervención militar». Rizk opina que Israel «va a continuar con ese tipo de prácticas» hasta que logre su objetivo de llevar a Obama a la guerra contra Siria, porque es el eje entre Hizbullah  e Irán y Tel Aviv «sabe que Al Assad no se irá a no ser que haya una intervención militar extranjera».

Egipto y la Liga Arabe condenaron los bombardeos y la organización panárabe pidió la intervención inmediata del Consejo de Seguridad de la ONU.

El ministro de Exteriores británico, William Hague, consideró que el bombardeo muestra el «creciente peligro para la paz» en la región y refuerza la necesidad de levantar el embargo europeo a la entrega de armas a los rebeldes sirios.

Austria es contraria a esta postura. «No hay relación entre la cuestión del embargo a la entrega de armas y los ataques israelíes en Siria. Al contrario, esto demuestra que hay mucho armamento en Siria», indicó su ministro de Exteriores, Michael Spindelegger.

El conflicto iniciado hace dos años alcanzó hace unos días la costa siria, el corazón alauita del país, la minoría de esta rama del islam que profesa el presidente sirio, lo que exacerba las tensiones confesionales.

Bombardeos en Banias

En tres días de combates en esta región alauita, último refugio para el clan del presidente Bashar al-Assad si cae la capital, Damasco, según opinan algunos expertos, el opositor OSDH informó sobre «masacres» de sunitas, la comunidad mayoritaria entre los rebeldes sirios. La oposición denunció una «limpieza étnica».

Ayer en esta región se informó sobre nuevos bombardeos en las zona sunitas del sur de Banias, mientras que en Quseir, cerca de Líbano, se registraban cruentos combates entre los rebeldes y las tropas leales sirias respaldadas por facciones de Hizbullah.