El Gobierno español no remitió ayer, tal y como estaba previsto, el anteproyecto de la Lomce al Consejo de Ministros. Decidió posponerlo, porque, según la portavoz del Ejecutivo Soraya Sáenz de Santamaría falta resolver «algunas observaciones», aunque el texto se mantiene «en sus pilares fundamentales».

La oposición celebró que se retrase la tramitación fruto de la presión social de la huelga de la víspera. Amaiur declaró que demuestra que mediante la movilización «sí es posible cambiar el rumbo de las políticas recentralizadoras, retrógradas y reaccionarias del Gobierno». El grupo abertzale hizo hincapié en la necesidad de que Euskal Herria desarrolle su propio modelo, «orientado a la formación y desarrollo de las personas y que garantice los derechos lingüísticos».

Isabel Sánchez Robles, del PNV, remarcó que el conjunto de la comunidad educativa no está de acuerdo con la reforma. «Esperemos que sirva para que rectifiquen algo», expresó.