P raileaitz es un auténtico santuario ruprestre que no deja de maravillar. Ayer se dieron a conocer nuevos descubrimientos, como los de las herramientas de piedra fabricadas por los neandertales que confirman que éstos, además de los cromagnones, utilizaron la cueva. Pero, además, Praileaitz no deja de preocupar. La empresa Zeleta, que explota la cantera Sasiola en Deba, se ha estado comiendo a bocados sus laderas, mientras diferentes responsables políticos, atrapados en un barrizal de competencias y sin dar muestras de una decisión política clara y valiente, han estado mareando la perdiz, situando la zona de protección metros arriba metros abajo sin dar una solución que garantice el máximo nivel de protección. A todo esto se suma ahora la nueva Ley de Costas aprobada en Madrid, que podría dejar desprotegido parte de Praileaitz, al dejar en unos 20 metros la protección y poner en peligro un patrimonio que es de toda la humanidad.

Tras una década dando vueltas al tema, ¿no es ya el momento de tomar decisiones claras? Si actúa con valentía y autoridad, el Gobierno de Gasteiz puede hacer prevalecer ese tesoro por encima de intereses económicos. Que así sea.