Mikel INSAUSTI

El joven cine andaluz está dando títulos muy prometedores, sacados adelante por gente emprendedora que se las ingenia para burlar la falta de financiación. Detrás de «Ali» nos encontramos al guionista Rafael Cobos, que también ha participado en «7 virgenes», «After» y «Grupo 7». Coescribe esta comedia agridulce junto al debutante en la realización Paco R. Baños, que ganó el Premio Asecan a la Mejor Ópera Prima en el Festival de Málaga, además del reconocimiento en el Festival de Ourense como Mejor Director, a sumar a los premios del Público y de Mejor Actriz para Nadia de Santiago. Lamentablemente, tan buena tarjeta de presentación no ha sido suficiente para su normal distribución, pudiéndose ver únicamente en los Multicines de Bilbo. Las distribuidoras comerciales no acaban de creer en el cine indie, algo que sí sucede en los Estados Unidos gracias a Sundance.

«Ali» tiene esa frescura y esa incorrección de los guiones de Diablo Cody, al estar protagonizada por una chica que ya ha cumplido los 18 años, pero que sigue inmersa en la etapa adolescente, ya que su entorno no resulta propicio para madurar. Lo de la incorrección se debe a que se pasa el día fumando, y hace tiempo que no se veía en una pantalla consumir tantos cigarrillos seguidos. También se saca un pequeño sobresueldo en el supermercado donde trabaja vendiendo alcohol a menores bajo manga, con una recarga sobre el precio al público.

Si por el lado más rebelde Ali recuerda a Juno, por otro se asemeja más a Amelie, debido al ensimismamiento que le lleva a ver la vida cotidiana de otra manera, encontrando espacio para la evasión en imágenes como la del velero de la promoción de conservas que surca los pasillos del súper. Un universo poético que es como el cielo al que se hace acreedora, teniendo en cuenta que le toca cuidar de una madre depresiva, marcada por la inestabilidad sentimental. La chica ha heredado el miedo a enamorarse, y se resiste a reconocer que hay un compañero de trabajo que le gusta. Padece otras fobias que son asimismo signo de inmadurez, representadas por la dificultad para sacarse el carnet de conducir.