La Ertzaintza aprovechó ayer la ausencia de cámaras de televisión para disolver a golpes la concentración en apoyo a Xabier Agirre, un joven gasteiztarra que deberá entrar en prisión para cumplir una pena de cuatro meses. Sin medios de comunicación observando, los agentes de la policía autonómica, arropados por los miembros de la Policía Local de la ciudad, optaron por dispersar porra en mano a los presentes, que a las siete de la tarde se dieron cita frente a la Subdelegación del Gobierno español, situada en el centro de la capital alavesa, para mostrar su apoyo a Agirre.

Los primeros golpes dispersaron a la multitud y dejaron solo al joven, que se había encadenado previamente al edificio gubernamental para denunciar su situación, similar a la de decenas de personas en Euskal Herria. Tras alejar al centenar de personas, que previamente habían formado un muro solidario, y amenazar con las porras a todo aquel que osara acercarse al perímetro policial, los agentes de la Ertzaintza cortaron las cadenas y detuvieron a Agirre. La Policía Autonómica también arrestó a otro joven.

Pasadas las ocho de la tarde, los agentes introdujeron a los jóvenes en dos vehículos de la Ertzaintza y los sacaron de la zona, que estaba tomada por las fuerzas de seguridad. El traslado de los mismos a dependencias policiales estuvo marcado por los aplausos y los gritos de ánimo de los congregados, que, pese a los golpes, se mantuvieron arropando a Agirre, y no abandonaron las inmediaciones hasta que se materializó el arresto.

Oposición y total rechazo

Pero esto solo fue el punto y final a una concentración improvisada, marcada por los hechos acaecidos en Ondarroa y Donostia. Una iniciativa solidaria diseñada para evidenciar la situación de Agirre, que utilizó sus últimos momentos de libertad para denunciar la situación que vive la juventud vasca. «Con este acto quiero denunciar la situación que se vive en Euskal Herria. Porque mientras una parte da pasos hacia la solución vemos cómo otra continúa deteniendo a jóvenes», señaló en declaraciones a GARA.

En cuanto a su situación personal, Agirre explicó que ahora deberá permanecer cuatro meses en prisión para cumplir la pena impuesta por los tribunales españoles. Según informó la agencia Europa Press, el joven gasteiztarra fue condenado a dos años y un día de prisión por un acto de sabotaje a una entidad bancaria. Ahora, la Ertzaintza le ha imputado un delito de «desórdenes públicos».