Crónica | Umore azoka en Leioa
Umore Azoka lucha contra los elementos con armas teatreras
Nadie niega que la amenaza de lluvia, la tormenta, la lluvia copiosa, la bajada de temperaturas es el peor enemigo de una feria de artistas callejeros. La organización ha debido cambiar el emplazamiento de un número elevado de espectáculos, otros quedan al albur de las circunstancias metrológicas de cada instante.
Carlos GIL
Llueve, sale el sol, sopla viento norte, todo lo hace más bizarro. No hay otras armas que el teatro, y si es estrictamente callejero, mejor. Porque lo que vamos viendo desde hace ya demasiado tiempo es que se hace mucho teatro en la calle, pero sabemos que muchas de esas obras mañana las veremos en en una sala. Teatro frontal, que busca al público, o busca la contratación. Urgencias.
Un teatro polivalente como «Entre lombrices» que ofrecen los vascos de Kolectivo Monstrenko & Zanguango, programado hace unas semanas en Albacete en un teatro, y en Leioa en la calle, pero que sus premisas son frontales, es decir para verse convencionalmente, y su tema tragicómico, ya que asistimos al momento en que a un viejo actor que ha dedicado su vida al espectáculo le ofrecen participar en un reality televisivo que según el cazatalentos que se lo propone puede relanzar su carrera y para ello debe dejarse enterrar para que se vea on-line como se descompone su cuerpo. Metáfora terrible, denuncia que puede considerarse desde su perspectiva social, como por lo que tiene de meta-teatral, y que lleva el marchamo de sus creadores, Espe López, Jasón Guerra y Miguel Muñoz, y muy especialmente el de Txubio Fernández de Jáuregui, un actor ya de largo recorrido que logra ser en sí mismo un estilo, un género, y que siempre aporta esa comunicación directa y potente con los públicos.
También vascas son Begoña Martín Treviño «Be» y Silvia Martín Treviño que ofrecieron un dúo de danza, «Al di lâ», un trabajo formalista, muy hacia dentro, con unos código indescifrables, que nos coloca ante cuerpos que buscan una relación espacial a base de una series de gestualidades y abecedarios pertenecientes a muy diversos estilos. Creadoras a seguir su trayectoria.
Los vimos en el Auditorium, refugio de varios espectáculos, los catalanes de Insomia Company y «L'amagatall dels somnis», obra que indaga en el mundo de los sueños y los plasma en una puesta en escena que busca una magia física con los elementos escénicos y aplicando diversas disciplinas.
Circo de proximidad, la francesa Mini Compagnie, formada por artistas del colectivo Coliflor Circo-Teatro, presentaron «Enivrez-vous», repertorio de malabares con utensilios cotidianos, acrobacias, música. Un trabajo clásico del género, ejecutado con delicadeza y precisión. Lo contrario que los también franceses de la Cia Sterenn que en «Little big men», recurren al humor grueso, a la hilaridad, los muñecos de cuerpo, los pupazzi, y logran un trabajo eficaz pero sin apenas matices.
De calle, lo que se dice de calle, una coproducción vasco-murciana de Gaupasa y Nacho Vilar, «Typical» que recupera la estética del desarrollismo de los años setenta, con Seat seiscientos incluido, jugando con las canciones de la época, los vestuarios y peinados, en un revival que se va cargando de actitud social, porque esos seres buscan una única salvación a través de la suerte, con un objetivo inmobiliario, la playa, el apartamento, la paella, y un día despiertan a la realidad. Manejan perfectamente las claves de calle, mueven al personal, acumulan públicos y hacen teatro, sin más, teatralmente. La lluvia los atropelló al final de su debut. El show debe continuar.