El Gobierno de UPN acordó ayer con el PSN instar al Ministerio español de Fomento a que «concrete los plazos de construcción» de los enlaces del «corredor navarro» del TAV con Aragón y la «Y vasca».

Madrid ha decidido ya que estas conexiones no se harán con alta velocidad, sino con el tercer raíl o ancho europeo. Sin embargo, tanto UPN como UPN siguen apostando por que el Gobierno navarro construya unos aislados 70 kilómetros de TAV entre Castejón e Iruñea.

Una delegación del Gobierno navarro, encabezada por Yolanda Barcina, se reunió ayer con otra del PSN, liderada por Roberto Jiménez, quien solicitó a la presidenta celebrar esta reunión para tratar la cuestión del TAV, que considera prioritaria para Nafarroa hasta el punto de que amenazó en el Parlamento con «dejarnos de hablar» si UPN no presionaba a Madrid.

Jiménez reclamó ayer también a Barcina que abra contactos con el Gobierno de Lakua «porque a ambos territorios interesa la construcción del tramo navarro del TAV».

El secretario general del PSN anunció que se reunirá con miembros del PSE y diputados en el Congreso español y que llevarán esta cuestión a todas las instituciones. Sin embargo, rechazó la oferta de Barcina de participar en la negociación con el Estado con el argumento de que «no somos gobierno».

Jiménez calificó de «falsedad» la crítica a la construcción del TAV basada en que su alto costo impide destinar fondos a áreas sociales, ya que «el dinero lo ponen el Estado y la Unión Europea y solo puede ir dirigido a esta infraestructura, porque si no se perderá».

«El TAV es una infraestructura de futuro para que Navarra no sea una comunidad de segunda división», añadió.