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«Queremos una solución de continuidad, no podemos perder más empleo»

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Emeterio Sánchez
Delegado de LAB en el comité de Lipmesa

Los trabajadores de Lipmesa (Laudio) se encuentran en la cuerda floja. Los actuales propietarios, la multinacional Klarius, ha solicitado la liquidación de la empresa. Los trabajadores resisten y quieren que las administraciones públicas se impliquen para garantizar el empleo y su futuro.

Juanjo BASTERRA | BILBO

La empresa fabricante de amortiguadores Lipmesa -«la Lip»- se encuentra abandonada por su actual propietario Klarius y está a la espera de que el Juzgado de lo Mercantil resuelva el concurso de acreedores. Emeterio Sánchez, delegado sindical de LAB, afirma que «queremos la continuidad de la empresa, que tiene 70 años de antigüedad» y emplea a 135 trabajadores.

¿Cuantas multinacionales han pasado por las instalaciones en Areta?

Han pasado más de siete dueños multinacionales, pero ninguno ha aportado una solución definitiva. Lip-Allinquiant, Bendibérica, QH, Dana, Affinia y, el último, Klarius. En 1974, al de poco de entrar yo a la empresa, se realizó una huelga de tres meses, que provocó el despido de 60 trabajadores. Esta empresa se caracteriza por haber obtenido enormes beneficios, pero con salarios bajos de los empleados. Con 39 años de antigüedad el salario mío no llega a 1.400 euros.

¿En qué situación se encuentran en estos momentos?

El pasado 9 de mayo, Quinton Hazell España, como es su denominación oficial, aunque pertenece a la multinacional inversora Klarius, presentó ante el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Gasteiz la solicitud de liquidación. Lo que tenemos claro es que no se puede perder esa empresa. Nos hemos quedado obsoletos, aunque vemos que tenemos futuro con otros gestores. Tengo que decir que ni el actual propietario ni los anteriores realizaron las inversiones adecuadas para modernizar la producción. Se sirvieron para obtener beneficios nada más.

¿También el actual?

Sí, sí. Tony Wilson, responsable de Klarius, nos dijo que llegaba para invertir, pero nada de nada. Es un grupo especulador. Fue hace algo más de tres años, pero desde entonces no ha empredido ni tomado decisión orientada a garantizar la continuidad de Lipmesa. Esta situación se extiende también a la actual dirección que tampoco ha puesto la decisión suficiente para sacarla de la crisis. No creemos que ellos deban seguir.

¿A qué se refiere?

Como lo explicamos en el escrito que remitimos al Juzgado de lo Mercantil de Gasteiz se encuentra que en agosto del año pasado todo el personal, tanto directo como indirecto, incluido técnicos y administrativos, pasó durante un breve espacio de tiempo a fabricación directa para dar servicio a los clientes. En setiembre, nos encontramos con un volumen importante de pedidos, pero la decisión adoptada por la dirección fue la de dejar de fabricar y agotar los recursos financieros que se acumulaban.

¿Está complicada una salida?

En principio sí. Hemos pedido apoyo a las instituciones. Hemos tenido respuestas favorables, pero la gerencia de la empresa no las ha tomado en consideración. La dirección actual nos dijo para reconvertirnos en una sociedad anónima laboral, pero la plantilla rechazó ese paso para el que se nos exigía 42.000 euros por trabajador, de la capitalización del paro y el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa). Al de poco, cambiaron de opinión y nos dijeron que esa salida era inviable. Hay dos empresa, una china BWI, otra Magal, que realizó algunos proyectos para la modificación de la maquinaria obsoleta, y alguna otra catalana, que estarían dispuestas a comprar la empresa. Pero no sabemos nada concreto

¿Qué esperan ahora?

Lo tenemos difícil, porque vamos expediente tras expediente, y la dirección se ha despreocupado de la salidas adecuadas. De hecho, Tony Wilson ordenó desmontar nuestra mejor máquina de producción para vendérsela a unos tunecinos. Nos ofreció a nosotros 125.000 euros por esa máquina, pero la asamblea de trabajadores rechazó esa venta. Tuvimos que actuar para impedirlo. Es un especulador que, en ningún momento, ha apostado por mantener la empresa. Pero la realidad es que unos y otros nos han dejado sin nada. Estamos en situación de abandono y el tiempo está pasando.

¿Qué pide a las instituciones?

Queremos abogados por la defensa de los puestos de trabajo y la continuidad de la empresa. Porque tenemos futuro y hemos demostrado a lo largo de los años de esta empresa. Por eso, emplazamos al Gobierno de Gasteiz para que actúe porque se debe mantener el empleo, porque esta comarca de Araba también sufre el paro y el tejido industrial y social se encuentra ya bastante tocado.

 

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