El obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, denunció ayer que existen coacciones por parte de algunos centros educativos de la red pública, así como de asociaciones de padres y madres para convencer de lo contrario a quienes eligen la asignatura de Religión para sus hijos e hijas. «Es de oferta obligatoria y de elección voluntaria», recordó. Según los datos que aportó, el curso pasado el 25% del alumnado de los centros públicos de Gipuzkoa optó por cursarla, un porcentaje que consideró que «sería mayor si se ofertara la asignatura en todos los centros».

Además de para explicar cuál es, desde su punto de vista, la situación de esta materia en la educación pública, la comparecencia sirvió para defender su oferta de «manera normalizada». Para ello, a Munilla lo acompañaron Sara Iragorri, profesora de Religión en un centro público, e Iñaki Bengoetxea y Marian Luna, miembros de la asociación de padres Anitzak. Luna, cuyas hijas cursan Religión, pidió «respeto» para poder elegir «en libertad»: «Las coacciones son un atentado contra la libertad de elección. Yo, al igual que respeto a quienes no la eligen, pido respeto para quienes sí la elegimos».

Munilla confirmó que los hechos están denunciados ante las autoridades educativas. A su entender, «por la vía de los hechos consumados» se han ido extendiendo «irregularidades muy grandes» y un porcentaje «bastante elevado» no ofrece esta opción.

Sentencia del TS

A pesar de que el Gobierno del PP aprobó recientemente la nueva reforma educativa (Lomce) en la que la Religión sale beneficiada -entre otras aspectos, computará para establecer la media y se tomará en cuenta para acceder a becas-, el obispo de Donostia no quiso hablar de ello, y pidió que las preguntas posteriores se limitaran al asunto para el que había sido convocada la rueda de prensa.

Sí criticó, sin embargo, los cambios constantes que se registran en materia de educación, y abogó por que se tome conciencia de «la necesidad de lograr un consenso» porque «no puede haber una ley de educación nueva con cada gobierno. No hay sistema que lo resista», sostuvo.

Sin esperar a que la Lomce entre en vigor el próximo año, Munilla declaró que este momento supone una «oportunidad» para aplicar la sentencia dictada el pasado verano por el Tribunal Supremo español, que anulaba el decreto de Lakua. Este, a su juicio, dejó la asignatura de Religión en Bachillerato en una situación de «indefensión absoluta».

El prelado aseguró que con este fallo el TS exigió que la asignatura fuera una oferta clara con un currículum y evaluación y que la Administración defina una alternativa a esta materia que no dañe el derecho de quienes han optado por la enseñanza de la Religión.

Según confirmó él mismo, el Departamento de Educación, «con quien las relaciones son buenas», está dando pasos para la aplicación de dicha sentencia de cara al próximo curso. «Euskadi -dijo- podría convertirse en pionera en este campo si el Poder Judicial hace el favor de despolitizar este asunto».

A las autoridades educativas les solicitó, por último, un «esfuerzo» para que cuando los padres y madres vayan a formalizar su matrícula cuenten con las opciones de la asignatura de Religión y la alternativa «perfiladas».