Como a todos los que llevamos el Athletic dentro del corazón, me va a causar una gran tristeza cuando vaya a Bilbao y ya no vea ni San Mamés ni su arco. Los que nos hemos criado cerca de él lo vamos a echar mucho de menos, aunque el nuevo se haga al lado, porque nunca será lo mismo. Ni desgraciadamente tampoco se vivirán momentos como los que hemos vivido en el antiguo, y ojalá me equivoque.

Recuerdo vagamente cuando vivía en el Arenal con mis padres y mis aitites y con 4 o 5 años mi aitite me hizo abonado y me llevaba a San Mamés en el autobús rojo de dos pisos que había cuando aquello. Todavía conservo una carraca que había hecho él para animar en los partidos.

Una de las cosas que más recuerdo de mis primeros años en San Mamés, con algo más de 5 años, era el «Guisa-Guisa» cada vez que Guisasola iba a chutar una falta, o la camiseta negra del Txopo en la portería. También tuve la suerte de poder celebrar el título de Liga tras la victoria contra la Real Sociedad en San Mamés con el 2-1 de Rocky Liceranzu, el pase a la final de Copa contra el Real Madrid en San Mamés y otras muchas tardes que ya no recuerdo muy bien.

Por supuesto, las grandes actuaciones un poco más adelante de jugadores como Manu Sarabia, con sus bicicletas y sus genialidades con el balón, los remates de cabeza de Dani con lo pequeño que era y cómo aguantaba la pelota metiéndoles el culo a los defensas cerca del banderín del córner, las generosas subidas de Santi Urkiaga por la banda derecha y el gol (con el que siempre le tomo el pelo) que le marcó a Arkonada en San Mamés cuando su centro con la derecha le salió con el empeine exterior y se le coló directamente en la portería.

También recuerdo la casta por la banda izquierda del Txato Núñez, Isma Urtubi, la elegancia de Estanis Argote y Txetxu Rojo, la categoría y poderío de Miguel de Andrés que lo cortaba todo y el trabajo sordo pero siempre efectivo de Txetxu Gallego que siempre lo daba todo.

Estos son recuerdos por los últimos títulos que se han conseguido, que nunca se olvidan. Pero luego también ha habido otros grandes jugadores con menos fortuna en cuanto a títulos, pero que han dado mucho por el Athletic, como Julen, Etxebe, Urrutia, Ander Garitano, Larrazabal, Urzaiz, Edu Estibariz, Xabi Eskurza, el Cuco, Txingurri, Zubizarreta, Ferreira, Bittor Alkiza... que han hecho vibrar a San Mamés muchas tardes. Otras generaciones han estado a punto de lograr nuevos entorchados, no lo han hecho, pero van a hacer que los últimos años de San Mamés sean históricos: los Susaeta, Llorente, Muniain, Javi Martínez, Amorebieta, Aduriz, Iñigo Pérez, Iraola, Gurpegi, Fran Yeste. Algunos de ellos, junto con Marcela Bielsa, han conseguido que todos recordemos no títulos, pero sí gestas, como la eliminación del Manchester United, con un estilo de juego que nunca habíamos visto en San Mamés.

Pero también están mis recuerdos más íntimos. Con mucho cariño recuerdo la final de Copa de Juveniles que jugué en San Mamés, en las filas del Retuerto. Y, por supuesto, lo que con más cariño voy a recordar es la grabación que le hice a mi hija Aiyana en San Mamés, sobre la hierba, vestida del Athletic, corriendo feliz, enumerando los nombres de los jugadores del Athletic cada vez que daba una patada. Algún día sabrá y le enseñaré lo que se ha cocido en las grandes tardes de gloria de San Mamés.