Las mujeres ocupadas dedican el doble al cuidado de hijos que los hombres
Las mujeres ocupadas dedican casi el doble de horas diarias a cuidar a sus hijos y a personas dependientes que los hombres, según la encuesta de 2012 elaborada por Eustat. La crisis afecta y se constata que una de cada cuatro personas debe prolongar su jornada laboral.
Juanjo BASTERRA | BILBO
Las mujeres ocupadas dedican casi el doble de horas diarias al cuidado de sus hijos que los hombres ocupados, es decir, 4,6 horas diarias en el caso de las mujeres frente a 2,9 horas de los hombres. La atención a personas dependientes también incluye ese desequilibrio de género, ya que las mujeres destinan 2,9 horas al día y los hombres 1,4 horas a esta actividad.
Son las principales conclusiones de la Encuesta sobre la Conciliación de la Vida Laboral, Familiar y Personal 2012, elaborada por Eustat. Su director, Josu Iradi, subrayó que la encuesta se realizó solo a la población con trabajo remunerado para obtener conclusiones directas para compatibilizar la vida laboral, familiar y personal. Iradi recordó que la anterior encuesta se realizó en 2010.
Desde entonces, «debido a la crisis, con casi toda seguridad, se han producido unos indicadores de retroceso». Tal es así que le costó destacar un dato que haya mejorado en 2012 frente a la anterior encuesta. Solo destacó que «ha disminuido el porcentaje de mujeres que dedica más de cinco horas al cuidado de hijos o dependientes».
Casi tres de cada diez personas ocupadas (29,5%) manifiesta «tener muchas dificultades para compaginar el trabajo con el cuidado de familiares dependientes» y es del 25% cuando la atención se requiere para atender a los hijos, según los resultados de esta prospección.
Más desigual
Sobre los resultados de la encuesta y además de las diferencias en el tiempo que dedican los hombres y mujeres al cuidado de hijos y dependientes, el trabajo arroja resultados aún más desiguales en el reparto de las tareas domésticas por sexo: el 27,9% de las mujeres emplea más de tres horas diarias frente al 91,5% de los hombres, que destinan dos horas o menos a esta labor.
Esa realidad lleva a que casi la cuarta parte de las mujeres ocupadas en un empleo, es decir un 24,2%, se declara «insatisfecha» con el tiempo para su vida personal, de ocio y de formación. Entre los hombres ese procentaje llega al 16,8%. El director de Eustat reconoció el efecto negativo de la crisis. Un 27,3% de las personas ocupadas manifiesta que «pedir una excedencia o reducción de jornada por motivos familiares afectaría seriamente a su trayectoria profesional». Esta realidad es mayor entre las mujeres, que alcanza al 29,4%, frente al 25,5% de los hombres.
Por otro lado, la encuesta desvela que «una de cada cuatro personas tiene que prolongar la jornada laboral casi todos los días». En este caso, admite que el 24% de las personas ocupadas «casi siempre» y en un procentaje similar, «algunas veces», tienen que dedicar más horas de las establecidas o previstas a su trabajo. «Esta situación -indica la encuesta de Eustat- afecta al 44,7% de asalariados del sector privado y un 42,6% del sector público». Respecto a 2010, «se aprecia un aumento importante de trabajadores que tienen que prolongar su jornada laboral». El incremento en este caso es de cinco puntos.
El horario flexible de salida es, a juicio de Josu Iradi, otra herramienta para mejorar la conciliación de la vida laboral, familiar y personal. «Lo disfrutan cuatro de cada diez personas ocupadas, un 40,6%», aunque los resultados confirman que las mujeres tienen más dificultades, ya que alcanzan al 37% y a los hombres un 43,8%. Esta realidad, por otro lado, demuestra que la gran mayoría no puede utilizar esa vía de flexibilidad. Respecto al trabajo desde el propio domicilio, sólo el 8,2% de las personas ocupadas «trabaja esporádicamente en casa» y «un 4,6%, al menos, la mitad de los días». Estos datos muestran la lejanía de la conciliación respecto a la UE. J. B.