CRISIS SIRIA
Damasco reconquista totalmente el enclave estratégico de Qusseir
Precedido por las experimentadas fuerzas de choque de Hizbullah, el Ejército sirio retomó el control total sobre la localidad de Qusseir, lo que deja aislados a los reductos rebeldes armados de Homs. Estos prometen resistir mientras Damasco anuncia que llevará la guerra hasta el final.
GARA | QUSSEIR
El Ejército sirio, apoyado por su aguerrido aliado libanés, Hizbullah, retomó el control de la localidad estratégica de Qusseir tras dos semanas de combate, logrando una importante victoria en la guerra civil siria.
Reforzado por el indudable éxito militar, el Ejército, que combate a una amalgama de rebeldes que incluye a movimientos revolucionarios civiles, desertores de entre sus filas y milicias que van desde el islamismo hasta el yihadismo más rigorista, anunció que seguirá combatiendo hasta «cazar a todos los hombres armados, estén donde estén y en todos los rincones de la nación siria».
La agencia pública Sana señaló que la ofensiva victoriosa sobre Qusseir «es un mensaje diáfano para todos los que participan en la agresión contra Siria, liderados por el enemigo sionista». En paralelo, el Ejército regular sirio prometió «clemencia» para todos aquellos que depongan las armas.
La ofensiva sobre Qusseir, que llevaba un año en manos de los rebeldes, ha sido desde el 19 de mayo liderada como fuerza de avanzada por el brazo armado de Hizbullah, con gran experiencia en la guerra urbana aunque ha contado con la cobertura aérea del Ejército sirio, patente en los bombardeos que anticiparon la última y decisiva ofensiva contra los reductos rebeldes en el norte de la localidad.
Eso sí, tanto el Ejército sirio como portavoces de la oposición como el Observatorio Sirio de Derechos Humanos y la Comisión General de la Revolución Siria coincidieron, con distintas palabras, en que los rebeldes pudieron sacar a los «civiles heridos» que fueron trasladados a localidades del extrarradio.
No hay balance oficial de víctimas. Las propias organizaciones opositoras cifran en cientos los rebeldes muertos en los combates e Hizbullah ha reconocido la muerte de decenas (no lejos de un centenar según los rebeldes) de sus combatientes.
La televisión pública siria mostró imágenes en directo desde Qusseir, una localidad fantasma con sus barrios en ruinas y sus edificios desventrados e incendiados entre calles llenas de escombros.
Qusseir, situada en la provincoia central de Homs y a escasos kilómetros de la frontera con Líbano, es un enclave estratégico porque comunica Damasco con el litoral, en el que vive una importante población alauíta -la profesión religiosa chií del clan al-Assad- y es el nudo de las rutas de aprovisionamiento tanto para el Ejército como para los rebeldes. Su conquista abre la vía para que el Ejército retome el control total de Homs.
Hizbullah, que ha justificado su participación protagonista en los combates por la presencia de una minoría libanesa chií en Qusseir, y que convivía hasta ahora con población suní -que nutre las filas de la rebelión-. reivindicó, a través de su cadena televisiva Al-Manar, «una gran victoria». Mientras, un oficial del Ejército sirio hizo un llamamiento a los habitantes de Qusseir a volver a sus casas.
Victoria parcial o definitiva
Jattar Abu Diab, profesor de relaciones internacionales de la Universidad París-Sur, señala que «es un revés para los rebeldes, pero no quiere decir que estamos ante el fin de la guerra».
En su opinión, Damasco no podría haber retomado Qusseir «sin la gran ayuda de Irán», que felicitó ayer «al Ejército y al pueblo sirios por la victoria sobre los terroristas». Abu Diab no se olvida del peso de Hizbullah y señala que «está por ver si dará un paso más y apoyará la ofensiva más allá de Qusseir».
La coalición opositora en el exilio reconoció el serio revés pero reiteró que la rebelión armada «proseguirá hasta la victoria» y criticó la «inacción» de EEUU y de la ONU.
El presidente libanés denunció el bombardeo por un helicóptero sirio de la localidad libanesa fronteriza de Aarsal.
La Comisión Europea advirtió de que no hay presupuesto para financiar la ayuda al millón largo de refugiados sirios cifrada por la ONU en 3.000 millones de euros. La razón, el descenso en las aportaciones de los estados miembros.
La reconquista de Qusseir por parte del régimen sirio no pasó desapercibida y tuvo su influencia en la reunión preparatoria de la conferencia internacional sobre Siria auspiciada por EEUU y Rusia. Aunque bien es cierto que los últimos acontecimientos y desencuentros no invitaban al optimismo, Moscú anunció la falta de acuerdo sobre la lista de participantes en la cumbre, lo que ha provocado el retraso en su convocatoria.
«Hemos convenido en celebrar todavía otra reunión (preparatoria) como esta en la que intentaremos acercar definitivamente nuestras posiciones, probablemente hacia finales de junio», señaló el viceministro ruso de Exteriores, Guennadi Gatilov. El emisario especial de la ONU y de la Liga Árabe para Siria, Lajdar Brahimi, anunció concretamente que la nueva reunión tendrá lugar el 25 de junio.
«La cuestión más espinosa versa sobre los participantes (en la conferencia). La oposición siria, contrariamente al Gobierno sirio, no termina de concretar qué delegación va a llevar» a Ginebra, señaló el responsable ruso de Exteriores, quien fue más allá y concretó que Rusia y EEUU no se han puesto de momento de acuerdo sobre la participación de Irán (tal y como propone Moscú) y de Arabia Saudí, aliado de Washington. «Todo debe ser aún discutido», señaló lacónico Gatilov.
Expertos pro-opositores como Abu Diab interpretan que la victoria militar en Qusseir complicará la celebración de la citada conferencia -en realidad la segunda edición de una iniciativa que tuvo lugar el pasado año- para encontrar una solución política al conflicto que, desde marzo de 2011, ha dejado un saldo de decenas de miles de muertos (hasta 94.000 según la oposición) y el desplazamiento de 4,25 millones de personas.
Lo que está claro es que la reunión no tendrá lugar antes de julio, tal y como habían pedido los jefes de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, y alemana, Guido Westerwelle, en los últimos días.
Damasco ha dado su acuerdo de principio para enviar una delegación a Ginebra. Por contra, la oposición en el exilio exige como condición previa la dimisión del presidente sirio, Bashar al-Assad y ha anunciado recientemente que no acudirá a la conferencia mientras «Irán e Hizbullah sigan participando» en la guerra siria.
Coincidiendo con la frustrada reunión preparatoria y con el éxito de la ofensiva gubernamental sobre Qusseir, el Gobierno británico aseugró tener pruebas «materiales» de la utilización de armas químicas, «muy probablemente por parte del régimen».
Horas antes, el ministro francés de Exteriores aseguró tener constancia de «al menos un caso» en el que las fuerzas regulares de Damasco habrían utilizado gas sarín, aunque no ofreció más información al respecto.
Pese a ello, Fabius insistió ayer en apostar por la celebración de la conferencia «en interés del pueblo sirio». Tras insistir en que «todas las opciones están sobre la mesa», en alusión a una intervención militar occidental, insistió en que «nuestro objetivo es la paz y que cesen los horrores en Siria». GARA