Algunos de los más destacados teóricos de la guerra han abierto un debate intenso en la revista especializada Journal of Strategic Studies relacionado con las dudas que genera una posible ciberguerra. Mientras una corriente, abanderada por el investigador y profesor de Estudios de la Guerra del King's College de Londres, Thomas Rid, cuestiona su misma existencia basándose en la afirmaciones del teórico alemán del siglo XVIII Carl Von Clauserwitz -«Toda guerra es, simplemente, violenta. Si un acto no es potencialmente violento, no es un acto de guerra»-, desde el otro bando de este debate -abanderado por Gary McGraw, jefe tecnológico de la empresa de seguridad de software industrial Cigital- se afirma todo lo contrario.

Para la corriente teórica que apoya a McGraw, la condición de letalidad no es determinante. La clave es más la capacidad y consecuencias de ejercer la violencia sobre las personas, pero también sobre las cosas. De hecho, la moderna doctrina militar estadounidense insiste en la neutralización de las capacidades del enemigo más que en acabar físicamente con su ejército.. En relación a este tema, el pasado martes los ministros de la OTAN sellaron un principio de acuerdo para reforzar las defensas cibernéticas de la alianza militar pero difirieron en torno a la cantidad de medidas que deberían ser adoptadas para proteger a aliados más pequeños de ataques de piratería informática.

El año pasado, la OTAN afrontó más de 2.500 "casos significativos" de ataques cibernéticos en sus sistemas, dijo el secretario general de la alianza, Anders Fogh Rasmussen, en una reunión que mostró la importancia que ha adquirido la ciberseguridad en la agenda atlántica.

«Estamos todos conectados, así que un ataque a un aliado, si no se trata con rapidez y efectividad, puede afectarnos a todos. La ciberdefensa es tan efectiva como lo sea el eslabón más débil de la cadena. Trabajando juntos, podemos fortalecer la cadena», sentenció el secretario general de la OTAN.