Otra brutalidad de una extrema derecha francesa que va ganando la batalla de la comunicación
La brutal agresión fascista que ha provocado la muerte del joven militante de izquierdas de 19 años Clément Cedric es el último y trágico capítulo de una ofensiva política, cultural y comunicativa de la extrema derecha francesa, que ha encontrado en la crisis económica, los matrimonios entre parejas del mismo sexo o la «islamización» el combustible que necesitaba. No pocos analistas se muestran sorprendidos por el auge y la pujanza que están demostrando, aunque conviene remarcar que la extrema derecha francesa, con sus diferentes corrientes ultras -negacionistas, colonialistas, católicos integristas...- y su versión «respetable», que representa el Frente Nacional de Marine Le Pen -a imagen y semejanza de las derechas populistas europeas convertidas en partidos de gobierno-, tienen una larga historia que va desde el ancien régime que la revolución derrocó a golpe de guillotina, pasando por el régimen de Vichy, hasta la Argelia francesa.
La extrema derecha francesa va ganando la batalla de la comunicación e impone sus temas en la conversación pública. Es momento de desencriptar bien la razón de sus conquistas culturales en la opinión pública. Para combatirla mejor.