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Parabienes y felicitaciones a los organizadores de la despedida

Resacón en San Mamés

Iribar responde que él «es uno más, los cojonudos de verdad son el Athletic, San Mamés y su afición».

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Joseba VIVANCO

Muchos seguro que no pudieron conciliar el sueño. Ayer, todavía seguían en una nube, sobre todo los que tuvieron la inmensa fortuna de despedir en vivo y en directo a San Mamés. Una despedida por la que el club de Ibaigane ha recibido mayoritariamente parabienes, un adiós que no defraudó. «El Athletic es cojonudo, Iribar es uno más, los cojonudos de verdad son el Athletic, San Mamés y su afición», fueron las sentidas palabras pronunciadas por el otro gran protagonista de la inolvidable noche, el Chopo Iribar. «El reconocimiento a un jugador que deja tanta huella en una ciudad, eso es la hostia», asentía el vizcaino del Granada, Mikel Rico.

Genial ocurrencia la de quien ideó esos cambios sorpresa que descolocaron incluso a los propios jugadores sobre el césped. «Ha sido increíble. Iribar es un mito y poder darle paso al campo ha sido la leche, no me lo esperaba y lo hemos disfrutado todos», acertó a contestar el portero Raúl Fernández. Él se llevó ese recuerdo para siempre; Herrera la camiseta que se enfundó; Iturraspe, lo mismo, además de un par de las `luciérnagas' de las que se repartieron en las gradas y luego fueron lanzadas al césped en medio de la oscuridad. Otros, un recuerdo inolvidable, como Guerrero.

«Estamos encantados, es verdad que te sabe a poco, porque sales y quieres más, pero para mí ha sido un orgullo y agradezco a quien haya tenido la idea, porque todo lo que sea pisar San Mamés para mí es un orgullo. Lo que he estado lo he aprovechado al máximo, he tocado balón y he disfrutado del ambiente y de la afición». El portugalujo, el otro destacado de la noche, aclamado, fue saludado efusivamente por Marcelo Bielsa y, según reveló El Desmarque Bizkaia, el argentino le comentó que estaba «impresionado con lo que le quiere la gente», y que se sentía «orgulloso por haber podido vivir este momento», ya que «solo por ver lo que la gente le quiere, ya ha merecido la pena venir al partido».

El entrenador de Rosario se despidió de sus jugadores en el vestuario sin dejar entrever su futuro, tras unas palabras que, según reveló Iturraspe, fueron «muy emotivas», destacando que «había sido un placer estar con nosotros, que valoraba más esta etapa que la anterior y que estaba superagradecido».

La grave lesión de Dani

Noche de alegrías y alguna que otra tristeza, como la grave lesión sufrida por el veterano excapitán Dani Ruiz, que a los pocos segundos de saltar al césped sufrió una rotura del tendón de Aquiles, lo que le obligará a pasar por el quirófano.

Por lo demás, por faltar no faltó ni siquiera el guiño de pintar como antaño de negro la base de los postes; faltaron, eso sí, numerosos asientos, algunos destrozados en el intento de llevárselo, incluso hubo quien arrancó cartelería de entrada al estadio, quienes no dudaron en acarrear con una de las máquinas de acceso y ayer muchos se llevaron hasta ladrillos; faltó el Txingurri Valverde, no saltó al césped Llorente, de «mutuo acuerdo» con Bielsa como desveló Herrera; no se cortaron los de Herri Norte respondiendo con el «tribuneros, hijos de puta» a los abucheos del resto del estadio cuando se dedicaron a lanzar algunas bengalas; y sí falló algo, que el árbitro no dejara a Iribar llegar a tocar un balón y pitara antes el final del choque.

Un cúmulo de emociones, de imágenes para la retina. «Un año difícil pierde en cualquier balanza con el poder disfrutar de todo lo sentido ayer», confesaba Isma López. «Las cosas que hace este club son pequeñas pero a la vez grandes», resumía San José, que reconocía que «algunos hemos intentando llevarnos algo -del vestuario-, pero no nos han dejado». Como Ekiza, que también «si hubiera podido me llevaba una siento seguro», pero que destacaba ese vídeo proyectado «que nos ha tocado tanto a jugadores y a afición». El resacón de San Mamés se alargará todavía mucho.

ni Iribar puede parar las obras. Ni siquiera el Chopo ha podido detener el comienzo de las obras en San Mamés, que arrancaron ayer con el desmantelamiento de asientos, césped y demás. La próxima semana se derribará la parte del córner situado junto a las taquillas y en 8-10 días se empezará la demolición, una vez retirado el arco.

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