La Ertzaintza trata de esclarecer las agresiones mortales contra mujeres
Jenny Sofía Revollo, Maureen Ada Otuya y María Ángeles López Marrón son los nombres de las tres mujeres muertas en Bilbo a raíz de agresiones en distintas circunstancias. En medio de una gran conmoción social, la Ertzaintza trata de esclarecer cómo se produjo el óbito de la última mientras siguen las investigaciones para dilucidar si Juan Carlos Aguilar Gómez pudo acabar con la vida de más personas.
Agustín GOIKOETXEA |
La muerte violenta de tres mujeres -Jenny Sofía Revollo, de 40 años; Maureen Ada Otuya, de 29; y María Ángeles López Marrón, de 80- ha sacudido a Bilbo, estremeciendo a la ciudadanía, que no deja de preguntarse por los motivos y aguarda a que la Ertzaintza aclare los numerosos interrogantes que existen.
En el caso de López Marrón, cuyo cuerpo sin vida fue hallado maniatado y amordazado en el interior de su domicilio de la calle Gordoniz nº 41, la hipótesis que se maneja como la más probable es la del robo, aunque no se descartan otras. La anciana estaba en el suelo boca abajo y la vivienda revuelta cuando llegó la Policía, que tiene acotada la franja horaria en que pudo producirse el asalto.
Este último suceso en la zona de La Casilla no ha hecho sino acrecentar la conmoción que existe en torno a las agresiones cometidas por Juan Carlos Aguilar Gómez, el supuesto experto en artes marciales sobre el que se trata de averiguar si mató a más personas. Con el paso de los días comienza a desmontarse el perfil construido por el autor confeso de las muertes de Jenny Sofía Revollo y Maureen Ada Otuya. Ayer, el Templo Shaolin de SongShan aclaró que el bilbaino aprendió kung-fu en China en los años 90, pero sus instructores no permanecían a su comunidad.
No era maestro shaolín ni monje y ahora se apunta a que el supuesto tratamiento en Iruñea de un tumor en la cabeza -varios centros han negado que fuera su paciente- formaba parte de la historia creada durante años por este hombre de 47 años, a quien se define desde distintas fuentes como un «sicópata con un plan trazado al milímetro». La Policía autonómica indaga en su pasado, desde que en la década de los 90 marchase a China después de la muerte trágica de un hermano, aplastado por un elevador en extrañas circunstancias.
Los investigadores analizan fotografías y grabaciones para tratar de aclarar las relaciones que Aguilar Gómez mantuvo con distintas mujeres. Fue a través de una de esas relaciones, según fuentes de la investigación, por la que lograron despejar dudas sobre dónde mató a Revollo, a quien atrajo ofreciéndole un empleo como masajista en su gimnasio. Una vez en él, en presencia de esa mujer con la que mantenía una relación y a quien drogó, acabó con la vida de la primera de sus víctimas conocidas. Todavía no se han localizado todos los restos del cadáver, según informaron a Europa Press fuentes cercanas a su familia.
Algunos detalles de cómo actuó Aguilar sorprenden por su sadismo, tal y como relató la testigo a los policías. Esa mujer está localizada e identificada, no así otra supuesta relación anterior del ahora preso en Basauri, de origen ruso, a quien se busca. La historia se repite con otras personas -todas mujeres, que aparecen en grabaciones desnudas- y a quienes se pretende identificar, por ejemplo, cotejando listas de desaparecidas.
Al ser apresado en la tarde del domingo en su gimnasio, en el interior de un habitáculo oculto al que los ertzainas tardaron 20 minutos en acceder a golpe de maza, Aguilar mantuvo la frialdad que siguió presentando en la comisaría y ante el juez. Mientras los sanitarios trataban de reanimar a Otuya, a quien había atado y torturado, estuvo impertérrito.
La estancia, simulada en un pasaje alejado del área central de las dependencias del gimnasio Zen4, estaba equipada para mantener encerrada a una persona y sorprendió su limpieza, como lo ha hecho la reforma efectuada en ese amplio local de la céntrica calle Máximo Aguirre, que ahora desmontan los ertzainas para buscar nuevas pruebas y vías de investigación.
Tras una ajetreada Mesa de Seguridad, en la que ayer no pudo consensuarse una declaración institucional, el Consistorio bilbaino ha convocado para hoy, al mediodía, una concentración en las escalinatas de su sede central para expresar la solidaridad con María Ángeles López Marrón, Maureen Ada Otuya y Jenny Sofía Revollo; apoyar a sus familias y allegados; «y mostrar la apuesta por una sociedad sin violencia».
Pocos minutos antes del inicio de la reunión, la Alcaldía presentó a los grupos municipales un borrador y tras distintos encuentros se perfiló otro documento, que no concitó el apoyo de todos, por lo que finalmente tan solo se convocó por el Ayuntamiento la nueva movilización hoy a las 12.00.
La víspera, en el Parlamento de Gasteiz, sucedió algo parecido, al oponerse PNV y PP a que en la declaración se reconociese abiertamente las muertes de Revollo y Otuya como violencia machista. Por ello, la presidenta de la Cámara, Bakartxo Tejería, hizo suyo el texto que no había logrado la unanimidad de los grupos políticos.
La parlamentaria de EH Bildu Diana Urrea pidió ayer a Lakua «que actúe ya» y cambie el rumbo de las políticas contra la violencia contra las mujeres porque «algo falla». El lehendakari, enfadado, reclamó a Urrea que retirase unas palabras del martes al respecto.
Donde hubo concentración fue en Galdakao, promovida por su Ayuntamiento, para condenar la brutal agresión contra Jenny Sofía Revollo. Durante 15 minutos, en silencio, permanecieron reunidos cargos institucionales, así como vecinos, muchos de origen colombiano. A.G.
La Policía Municipal detuvo ayer de madrugada en Zabala a un varón de 33 años al intentar pagar con droga a una prostituta. El hombre tenía prohibida la entrada al Botxo hasta 2017 por una agresión sexual.