Raimundo Fitero
En paralelo
Antes se editaban biografías reducidas que se llamaban vidas en paralelo. Ahora es la televisión la que nos lleva en paralelo por diferentes vidas, sucesos o personajes que se cruzan, van por la tangente, en paralelo pero que suelen desembocar en el mismo lugar. O al menos persiguen el mismo objetivo; o los medios les han colocado en el mismo bucle. El hombre de moda es Edward Snowden, un ex colaborador de la CIA que ha revelado que son espiados la inmensa mayoría de nuestros correos electrónicos, nuestras cuentas de las redes sociales, nuestras conversaciones telefónicas y envíos de mensajes cortos o largos, de pago o gratuitos, con lo que la privacidad es una mera entelequia, porque lo que manda es la seguridad. ¿La seguridad de quién, de qué? No preguntes. La seguridad, en general y en abstracto. Todos somos presuntos, todos podemos alterar el orden y crear sensaciones de inseguridad. Por eso ellos cuidan de nosotros, sabiendo qué escribimos a la novia, a qué hora quedamos para la partida de mus y qué vamos a cenar el viernes.
Obama lo ha reconocido. Y ahora viene lo bueno, este joven va a ser perseguido por tierra, mar y aire. Su familia va a ser presionada, coaccionada. De momento ha desaparecido, ha pasado a la clandestinidad. Y todo por cumplir con un impulso democrático. No es permisible que nadie se meta en nuestra cama, en nuestra cocina, en nuestra bragueta. Todas las agencias de seguridad van a ir contra él, se van a inventar una causa para poderlo detener, lograr la extradición. Exactamente una vida en paralelo con la de Assange y sus documentos publicados en Wikileaks, o el juicio farsa al que están sometiendo al soldado Bradley Manning. Castigos ejemplares para que nadie ose señalar la mierda democrática que dicen defender sus acusadores.
Pasemos a otro rango, pero cada vez que pongo la tele me aparecen dos vidas en paralelo. Florentino Pérez, el empresario dueño del Real Madrid, uno de los seres más sosos y menos telegénicos de la tierra, vendiendo humo y bendiciendo redacciones y canales. Está en la misma campaña que Aznar, el salvador, que le gustaría hacerse con la presidencia como su héroe Florentino, sin elecciones.