Xalba, Xalbatore, Garat, Garate... o como una vez Alfonso Sastre te bautizó en una poesía: Mercurio. Pues sí, eras nuestro Mercurio. Con tu barba, tu moto, tu cartera marrón, tus Correos, tus cartas y telegramas. Pequeño y a la vez gran hombre, comprensivo con los incomprendidos, desprendido, generoso, gran ateo, gran conversador.

Persona valiente. solidaria, luchador, comprometido en nuestra larga y dura lucha, alegre, de muy buen humor, amigo, en esta gran fauna, de todos los animalitos... y esto último lo digo para que hagas unas risas allá donde estés. Eres de las pocas personas con las que no he discutido nunca. Compartimos ideas, chistes, reflexiones, locuras dialécticas que teníamos en común... y únicamente las entendías tú.

Desde aquí también un saludo a Mamele, tu compañera en todo el sentido de la palabra. Dice el tópico que detrás de un gran hombre hay una gran mujer... y esa es ella. Hoy, cuando hemos ido a darte el último adiós te veía en sus brillantes ojos. Eran como tu prolongación, hablaban por ti, Mercurio estaba en ellos.

Xalba, Xalbatore, Garat, Garate... maite zaituztegu. Ikusi arte!