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Mas cierra la puerta a la vía unilateral y a la consulta vinculante

Anunciada previamente a bombo y platillo, el president de la Generalitat, Artur Mas, ofreció ayer una comparecencia para presentar el Plan de Gobierno 2013-2016, un documento que no acabó de convencer a ninguna fuerza política, ya que apenas anunció nuevas medidas, enfrió el proceso soberanista hacia el derecho a decidir y no aportó novedad alguna sobre la presentación de los presupuestos.

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Beñat ZALDUA | BARCELONA

En un clima de incertidumbre respecto al proceso soberanista, de grave situación económica y de acusaciones de improvisación por parte de la oposición, el president de la Generalitat, Artur Mas, compareció ayer ante la prensa para presentar -seis meses después de asumir el cargo- el Plan de Gobierno 2013-2016, con la intención de mostrar firmeza en la acción de gobierno y salir al paso de las últimas encuestas que auguran un nuevo tropezón electoral en caso de celebrar comicios próximamente.

De hecho, lo primero que quiso dejar claro Mas es que no tiene intención alguna de adelantar elecciones, sino que su voluntad es «cumplir con los cuatro años de legislatura». Y para dejarlo más claro, si cabe, aseguró que «si la consulta se hace antes, como está previsto, la legislatura también acabará en 2016». No porque tenga intención de gestionar la independencia de Catalunya sin convocar elecciones -en el supuesto de que acabe habiendo consulta y gane el sí-, sino porque, como ayer señaló, la consulta «no tendrá un valor jurídico vinculante». Algo que la propia ley de consultas que prepara el Parlament ya recoge, pero que no había sido explicitado por Mas hasta ahora.

La de la consulta no vinculante no fue la única novedad en el marco del proceso soberanista, ya que Mas también cerró la puerta a unas elecciones plebiscitarias de las que derivase una declaración unilateral. «Toda gran decisión que afecte a las próximas generaciones se tendrá que tomar consultando al pueblo de Catalunya, no las puede tomar un Gobierno o un Parlamento», declaró. En la misma línea, Mas señaló que la consulta «no se puede ganar por poco más del 50%», en contra de lo sugerido recientemente desde ERC.

Mas también abrió la puerta a prorrogar el término de la consulta más allá del 2014, algo que por fuerza ha tenido que levantar suspicacias entre los socios republicanos del Govern. En una valoración escueta y muy medida, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, se limitó a señalar que, a día de hoy, no hay «nada que justifique una prórroga». De la misma manera, se negó a cerrar la puerta a las elecciones plebiscitarias y a la declaración unilateral, calificándolas de «vía perfectamente democrática».

Más tajante se mostró el diputado de la CUP Quim Arrufat, que criticó que Mas «rebaje validez política a la consulta y le quite importancia estratégica». «Nos preocupa que por encima de todo el objetivo sea mantener la legislatura hasta el final», añadió.

Pero la mayor evidencia del cambio discursivo de Mas lo aportó, probablemente, el PSC, cuyo portavoz parlamentario, Maurici Lucena, advirtió por primera en mucho tiempo «una nota positiva» en el discurso del president. «Pensamos que de manera sutil es posible que algo se esté moviendo y estén escuchando alguna de las cosas que proponemos desde el PSC, como es la apuesta por la negociación con el Estado español para pactar una consulta», declaró.

Sin noticias de los presupuestos

Lo que todos los grupos parlamentarios criticaron, excepto ERC, fue la ausencia de referencias a la elaboración de los presupuestos de 2013, cuyo proyecto el Govern ni siquiera ha presentado. Críticas que fueron desde la CUP e ICV-EUiA hasta Ciutadans y PP, partido con el que precisamente pactó CiU las cuentas de 2012, ahora prorrogadas.

En esta línea, Arrufat se mostró crítico con Mas «no por lo que ha dicho, sino por lo que no ha dicho», mientras que el coordinador general de ICV-EUiA, Joan Herrera, lamentó que «no estamos ante un líder, sino ante un gerente» y denunció que su comparecencia sirvió «para hacer ver que se hace algo, cuando en realidad no se hace nada». «Mientras tanto, con los presupuestos prorrogados llevamos 1.300 euros de recortes desde enero», concluyó.

Un Plan de Gobierno 2013-2016 con siete ejes y pocas novedades

Aunque el protagonismo se lo llevaron las declaraciones del president, Artur Mas, el objetivo de la comparecencia era, en un principio, presentar el Plan de Gobierno 2013-2016, un documento con siete ejes que van desde la recuperación económica y la cohesión social hasta la transición nacional, pasando por la estabilidad de las finanzas públicas, la transparencia de la Administración, la cohesión territorial y la proyección exterior.

Dentro de estos siete ejes se engloban un total de 77 objetivos concretos, 212 medidas ejecutivas y 65 medidas legislativas que en los próximos meses llegarán al Parlament para su tramitación. Sobre todas estas actividades gubernamentales, Mas señaló que la Generalitat irá informando habitualmente, en un esfuerzo por trasladar a la ciudadanía la acción del Govern, después de que las últimas encuestas augurasen un duro castigo para CiU.

Pero más allá de la solemne presentación, el documento del Govern apenas aporta novedades respecto al programa electoral de CiU y al Acuerdo de Legislatura que en diciembre pasado firmaron con ERC, algo duramente criticado por las fuerzas políticas de la oposición. En términos generales, todos acusaron a Mas de improvisar -seis meses después de su reelección como president- un Plan de Gobierno en el que no se aportan nuevas soluciones a la grave situación económica que atraviesan tanto las finanzas públicas como la sociedad catalana. Todos le acusaron también de querer salir al paso de las encuestas negativas con un documento echo de manera rápida y sin cuidado. B.Z.

oferta

Mas volvió a ofrecer a ERC y PSC que entren en un Govern de coalición, debido a la excepcionalidad del momento político que vive Catalunya, algo que los dos partidos políticos rechazaron por enésima vez.

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