Hubo que esperar casi hasta el último minuto, pero Bera Bera decidió finalmente inscribirse en la Champions League tras una semana frenética en que el club donostiarra ha logrado despejar algunas de las incógnitas que le aconsejaban renunciar al derecho de disputar la más importante de las competiciones europeas.

Bera Bera comunicó su decisión ayer señalando que «las numerosas gestiones realizadas han permitido solventar gran parte de las exigencias de mayor calado que la Champions League obliga a los equipos participantes. En consecuencia, el club entiende que disputar la Champions no va a suponer mayor coste económico que el generado en las participaciones europeas de los últimos años». El club dará una rueda de prensa mañana jueves para ofrecer los detalles de sus gestiones.

Las dificultades añadidas respecto a otros torneos continentales se refieren a la obligación de presentar un aval inicial de 15.000 euros en el momento de la inscripción; al coste extra de montar y desmontar una pista especial en el Josean Gasca en cada uno de los tres partidos de la fase de grupos; y a la obligatoriedad de garantizar la producción de señal televisiva. Eso en el terreno organizativo, porque hay una segunda derivada muy importante, la composición de la plantilla para que pueda aguantar el envite.

Con la Liga y la Copa como principales objetivos, la competición europea en pleno inicio de la temporada (Bera Bera jugará los seis partidos de la fase de grupos de la Champions los dias 5, 12 y 19 de octubre, y 2, 9 y 16 de noviembre) provocará una inusual acumulación de partidos en los dos meses y medio iniciales de la temporada (10-11 de Liga, Supercopa, 6 de Europa...) que el club no ha conocido en toda su historia. El Mundial de Serbia en diciembre exigirá aún más a jugadoras fijas en la selección española como Eli Pinedo y Patricia Elorza.