La consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, no aportó ayer ninguna novedad sobre la muerte de Iñigo Cabacas, el joven aficionado del Athletic que perdió la vida el 9 de abril de 2012 tras recibir el impacto de una pelota de goma en las inmediaciones de San Mamés. La responsable de la Ertzaintza, que negó un «cierre de filas» en el citado cuerpo policial, se refugió tras el secreto de sumario para argumentar su silencio y el de su departamento.

Beltrán de Heredia, que compareció ante la Comisión de Instituciones, Seguridad y Justicia a petición de EH Bildu y PP, destacó que dicho secreto sumarial, anexo a la instrucción judicial, le impide revelar nuevos detalles del caso ante el Parlamento de Gasteiz. En este sentido, señaló que, a su juicio, sería bueno que la juez Ana Torres finalizara cuanto antes la instrucción del caso. «Por el bien de la familia, de la Ertzaintza, y de la ciudadanía, que tiene derecho a saber que ocurrió», añadió.

Cabe destacar que la consejera también utilizó el procedimiento judicial para justificar que, catorce meses después, todavía no se haya puesto en marcha una investigación interna, que esclarezca lo ocurrido y depure las posibles responsabilidades derivadas de la actuación de la Ertzaintza, en el seno de la policía autonómica. «No es incompatible, pero es un hecho que, hasta que no haya una sentencia firme, no se podrá resolver una investigación interna. Además, la resolución quedará vinculada a los que determine la autoridad judicial», destacó en respuesta a las preguntas de Julen Arzuaga, desde EH Bildu.

En alusión a las criticas advertidas por el parlamentario soberanista, la consejera denunció que EH Bildu «insiste en trasladar la tesis de que hubo una orden expresa que mató a Iñigo Cabacas -tal como reflejan las grabaciones publicadas por GARA-. ¿Cómo sabe que fue esa orden, de ese mando en concreto, la que provocó la muerte de Cabacas?, ¿quién es usted para dictar sentencia de unos hechos tan graves?».

Antes de finalizar su intervención, la titular de Seguridad, que calificó de «error lamentable e irreparable» lo ocurrido en la calle María Díaz de Haro, enumeró las acciones previstas por su departamento para que no se repitan sucesos similares. Entre las mismos destacó la sustitución de las pelotas de goma por un material más ligero y menos lesivo, y los avances realizados en la identificación de los agentes. Una tarea en la que «quedan algunos flecos por cerrar».

A la consejera le sucedió su antecesor en el cargo, Rodolfo Ares, que, como era de esperar, defendió la labor de la Ertzaintza y criticó la postura de EH Bildu, a quienes acusó de poner en marcha una campaña de desprestigio contra la Ertzaintza. A este respecto, señalar que el parlamentario evitó responder a muchas de las preguntas formuladas por Oskar Matute, que solicitó información sobre la distancia a la que se disparó la pelota, entre otras cuestiones.

En su lugar, Ares, que reconoció que algo falló en el operativo, echó mano del conflicto armado para afirmar que «todos no somos iguales». «Ustedes tiene dos objetivos, desprestigiar el buen trabajo de la Ertzaintza y reclamar la dimisión de los consejeros de Interior», finalizó.