La Diputación de Gipuzkoa acude hoy a Bruselas para que las autoridades comunitarias aporten sus correcciones y den el visto bueno a su proyecto de norma para la financiación de las carreteras. Superado este paso se elaborará la versión definitiva, que será dada a conocer públicamente la próxima semana.

Esta propuesta afectará a las vías de alta capacidad como la N-1, la A-15 o la N-632, no dependientes de Bidegi. Esta sociedad sin embargo sí influye en la futura normativa, ya que buena parte de lo recaudado se destinará a reducir la deuda de 900 millones que arrastra y que no puede afrontar solo con sus ingresos, ya que no se están cumpliendo las previsiones realizadas durante la pasada legislatura.

Según ha podido saber GARA, el planteamiento parte de la base de que los usuarios guipuzcoanos de vehículos ligeros no tengan que pagar más de lo que ya lo hacen actualmente a través de sus impuestos. No así el resto, que tendrá que rascarse el bolsillo por circular por el herrialde.

En el caso de los vehículos pesados, la directiva europea no permite la discriminación positiva del transportista local más allá de un descuento del 13%. Fuentes consultadas por este diario aseguran que la Diputación y representantes del sector ya se han reunido para analizar medidas que puedan compensar esa pérdida.

En cuanto al aspecto técnico, no se contempla un sistema de barreras, sino uno de pórticos al que se denominará Arkupe, similar a los que ya existen en algunos puntos para la instalación tanto de paneles informativos como de cámaras para el control de la velocidad. La ventaja de los pórticos es que no obligan a que los vehículos se detengan.

A falta de concretar los detalles, la idea es que el sistema capte el punto de entrada y de salida de cada vehículo y calcule así la tarifa a abonar.