Lo de Grecia empieza a ser un campo de experimentación peligroso. Todas las ocurrencias, desvíos, exigencias y presiones para la involución política las están sufriendo los ciudadanos griegos. Después de conocerse una confesión de error por parte de algunos técnicos del FMI que llevaron a profundizar en la crisis económica a la ciudadanía griega, ahora su Gobierno, se supone que siguiendo las recomendaciones de esa criminal troika, ha cerrado la radio y televisión públicas griegas. A negro. De repente, por decreto se suspende la actividad y se habla de unos meses o años sin emisión para retomar posteriormente dentro de otra estructura su actividad. En términos contables: dos mil novecientos funcionarios menos. Le habían pedido dos mil, pero por si acaso y para que se queden tranquilos les añadimos otros novecientos. Una barbaridad.

Desconozco absolutamente la calidad democrática, la pluralidad, el nivel de implicación con la industria audiovisual y cultural de Grecia de su ente público, pero este cierre patronal le convierte en el primer país miembro de la UE que no tiene en estos momentos su radio y televisión de bandera, oficial, representativa. Un síntoma. Interiormente se trata de una nueva pérdida de identidad. De referencia. Se ha cerrado la única posibilidad de tener una información cercana a la veracidad. Todo lo que significa audiencias, influencia, pasa a manos privadas. Desde aquí sentimos este cierre como una agresión a su ciudadanía, un despojamiento, una renuncia más, un paso en el desmembramiento de un estado deteriorado.

Y, sin embargo, nos hemos preguntado muchas veces sobre la viabilidad, importancia, función de las televisiones públicas, tanto las vascas, como las estatales. Sus presupuestos, su falta de equilibrio, su manipulación, lo que tienen de nido de enchufados, de doctrinarios y partidistas. Damos por supuesto que son necesarias, que nos representan.

ETB es nuestra televisión pública, aunque tenga una incidencia real manifiestamente mejorable. Los recursos económicos públicos que la sustentan son muy grandes y cuestionables en su eficacia. ¿A quién sirven más estos entes públicos? Y se me van mis razonamientos a negro.