El Senado de EEUU inicia el debate formal de la reforma migratoria
GARA | WASHINGTON
El presidente de EEUU, Barack Obama, instó ayer al Congreso a que apruebe con celeridad una reforma integral del sistema de inmigración, que él viene prometiendo desde 2008 y que considera una pieza clave de su mandato. Y lo pidió unas horas antes de que el Senado iniciara el debate formal sobre la reforma que abre la vía a la legalización y eventual ciudadanía de la población en situación irregular, tras dos votaciones claves y de alta carga simbólica, porque demostraron la voluntad de sus detractores por debatirla al sumar parte de los republicanos su voto a los demócratas.
«La aprobación de una reforma migratoria integral sería buena para la seguridad nacional y sería buena para la economía», dijo el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid.
En las próximas semanas, el Senado debatirá cientos de enmiendas para modificar el plan.
El objetivo de Reid es que la votación definitiva se produzca antes del festivo 4 de julio.
«Se estrellará»
«Creo que se aprobará en el Senado con un margen sustancial... pero se estrellará y fundirá en la Cámara de Representantes» sin enmiendas que la fortalezcan, señaló el senador republicano Ted Cruz.
De aprobarse, sería la mayor reforma migratoria en EEUU desde 1986, que legalizó a unos tres millones de «sin papeles».
Unas horas antes, Obama exhortó al Congreso a que apruebe una reforma «de sentido común». «No hay razones para que no pueda hacerlo antes del fin del verano», aseguró.
Varios expertos consultados por Efe coincidieron en que esta reforma será la piedra angular en su mandato hasta 2017 y reafirmará «el compromiso del país con la inclusión social y la oportunidad». Indicaron que a ambos partidos les conviene y recordaron el peso de los votantes latinos en las urnas en 2012.
Grupos progresistas reprochan a Obama que su Gobierno ha deportado a más de 1,6 millones de personas desde 2009, más que George W. Bush.