Gloria LATASA gloriameteo@hotmail.com
Aclimatación
La aclimatación es una respuesta del organismo, tras pemanecer más allá de algunas horas en altura, que solo funciona si la ascensión es lenta y prolongada
La capacidad de rendimiento de un montañero disminuye progresivamente con la altitud. Ascender a una cima como el Mont Blanc (4.807 m) le supone disponer de un 70% de sus facultades habituales a nivel del mar. En el caso del Everest (8.848 m) las fuerzas se le reducen a tan solo un 20%, lo que explica la lentitud y el cansancio que se puede observar en sus movimientos. Todo ello, en el mejor de los casos. Es decir, aún cuando haya conseguido una adaptación gradual a las condiciones climáticas que se haya podido encontrar (muy distintas de las «suyas» habituales). Dicho de otro modo, aunque haya logrado realizar correctamente el proceso que se conoce como aclimatación.
Adentrarse en la alta montaña es como subirse a un carrusel climático que te lleva desde las condiciones atmosféricas del fondo del valle hasta las del mundo glaciar en un relativamente breve espacio de tiempo. En ese viaje se habrán de soportar fuertes vientos, importantes oscilaciones térmicas entre el día y la noche, una intensa radiación solar... Todos estos cambios producen en el organismo un estrés climático que solo es llevadero cuando se tienen en cuenta una serie de reglas de oro para la progresión en altitud como la velocidad de ascenso (no subir muy rápido), la progresión (subir lo suficientemente alto, no demasiado, para aclimatarse) o la permanencia (no quedarse muy alto ni demasiado tiempo).
La aclimatación es una respuesta del organismo, tras permanecer más allá de algunas horas en altura, que solo funciona si la ascensión es lenta y prolongada. Es una puesta en marcha de mecanismos que economizan esfuerzos para permitir la vida en altura durante un tiempo a una persona habituada a vivir a nivel del mar. Si no es la adecuada, pueden aparecer problemas como el mal agudo de montaña, edema pulmonar o edema cerebral. En un ascenso en teleférico o en una travesía de varios días por alta montaña, sin aclimatación, el organismo se acomoda con otro tipo de reacciones (con trabajo extra para el aparato respiratorio y el corazón) que buscan, sin más, un mayor aporte de oxígeno a las células.