Los «indignados» turcos rechazan el referéndum porque «no sería legal»
Los manifestantes antigubernamentales rechazaron ayer la oferta del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, de decidir en referéndum el futuro del parque Gezi, origen de las protestas. Sin embargo, a última hora aceptaron reunirse con el Gobierno.
GARA | ANKARA
La propuesta del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan de llevar a cabo un referéndum sobre el futuro del parque Gezi en Estambul, cuya reforma originó las protestas contra el gobierno, ha sido rechazada por representantes de los manifestantes, con el argumento de que «no es legal» ni «deseable».
«Permaneceremos en el parque Gezi con nuestras tiendas, nuestros sacos de dormir, nuestras canciones, nuestros libros y todas nuestras reivindicaciones», afirmó el abogado Can Atalay en nombre de Solidaridad Taksim, la coordinadora de los manifestantes que hace dos semanas comenzaron las protestas que han agitado el país.
«Hay una decisión judicial que ha impuesto parar los trabajos de reforma del parque Gezi. En esas condiciones no es legal una consulta popular para decidir la suerte del parque», afirmó Tayfun Kahraman, del mismo colectivo. Además, subrayó que «el derecho turco no prevé el recurso al referéndum más que para las reformas constitucionales». Pero Kahraman, que también es el presidente de la Cámara de Urbanistas de Estambul, se opone a la idea misma del referéndum. «¿Se puede organizar una votación para saber si se debe curar o no a un enfermo de cáncer?», preguntó. «No estoy de acuerdo, no confío en el Gobierno. Tayyip debe disculparse por todo lo que ha hecho, por el parque, por los gases lacrimógenos», afirmaba Iskender Sisman, un manifestante de 29 años.
Sin embargo, a última hora, la plataforma de los manifestantes aceptó reunirse con el Gobierno. «En lo que es un giro inesperado, nosotros, como representantes de Solidaridad con Taksim, iremos a la residencia del primer ministro a Ankara, junto con intelectuales y artistas», anunciaron,
Erdogan, por su parte, negó las objeciones jurídicas y confirmó su voluntad de apelar a los ciudadanos porque «no hay ningún impedimento legal», aseguró. Seguro del apoyo mayoritario de la sociedad turca, el primer ministro intentó desactivar la protesta con esta oferta que, además de abrir la posibilidad de la consulta sobre el problema que originó la revuelta, hacía frente a la acusación de «autoritarismo» que esgrimen los manifestantes.
Pero estos rechazaron tanto el referéndum como «el último aviso» que ayer lanzó Erdogan para que evacuaran su bastión en el parque Gezi.
Ultimátum
«Hemos mantenido nuestra paciencia hasta ahora pero la paciencia llega a su fin. Lanzo mi último aviso: madres, padres, por favor, retiren a los niños de ahí», advirtió Erdogan en un discurso en Ankara.
«No podemos esperar más porque el parque Gezi no pertenece a las fuerzas que lo ocupan. Pertenece a todo el mundo», señaló el primer ministro. En las últimas horas el Gobierno ha aumentado la presión sobre los acampados, que hasta ahora se habían encontrado al margen de las operaciones policiales.
El viceprimer ministro, Husein Celik, ya había advertido que el referéndum no podría concretarse sin la evacuación de los ocupantes y confiaba en que «tras este gesto de buena voluntad los jóvenes decidan abandonar el parque Gezi. No podemos aceptar que estas manifestaciones continúen eternamente».
El ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, consideró «inaceptable», la resolución adoptada por el Parlamento Europeo (PE), que criticó el «uso excesivo» de la fuerza y «la intervención brutal» por parte de la Policía turca contra «manifestaciones pacíficas y legítimas». Davutoglu defendió que «Turquía es una democracia de primera clase y no va a recibir lecciones de nadie». «¿Quién os creéis que sois? ¿Con qué audacia os atrevéis a adoptar tal decisión? No la reconozco», reaccionó el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan. El PE advirtió además a Ankara contra la adopción de «medidas severas ante los manifestantes pacíficos» y le exigió «una posición de unidad y conciliación». GARA
El partido kurdo BDP dio por concluida la primera fase de la retirada del PKK, sin interrupciones ni incidentes, y anunció el comienzo de la segunda, en la que «es momento de que el Gobierno actúe», con la introducción de un mayor nivel de democracia en el país y medidas para evitar las prácticas que violen los derechos humanos.