Restarán todavía 180 minutos, o incluso más, para culminar el camino de regreso a Segunda A, pero Eibar respira ambiente de final. Y lo hace como debe ser, animado por un equipo, y no a la inversa, que de partido en partido ha ido metiendo a su gente en la dinámica de un play-off que espera inolvidable.

El empate de Alcoy y la posterior agonía con final feliz en el choque de vuelta despertaron el gusanillo de una afición que, tras tres intentonas frustradas, necesitaba una inyección como la que supuso el gol en el último minuto de Diego Jiménez ante su exequipo para constatar que a la cuarta puede ser la vencida. El termómetro rozó el máximo el pasado domingo cuando el Eibar lograba la victoria en un Tartiere a rebosar.

Y ahora sí, la pasión azulgrana se ha desatado en la localidad guipuzcoana. Un arma poderosa para cualquier equipo, siempre y cuando sea de único filo. En esas anda, precisamente, Gaizka Garitano a lo largo de toda la semana, desde la misma conclusión del choque de ida. El técnico no quiere relajaciones ni celebraciones anticipadas. Pese al 1-2, el Oviedo sigue siendo un gran rival y por eso el míster azulgrana quiere que sea el único al que se enfrenten sus hombres esta tarde.

El primer objetivo ya lo ha conseguido. La afición eibarresa quiere ponerse el traje de celebrar, pero es consciente de que primero tiene que enfundarse el de animar. Y lo hará a lo grande porque por primera vez en dos años Ipurua ha colgado el «no hay billetes». Más de 4.500 seguidores azulgranas -llegarán unos 500 desde Oviedo, gracias a las 300 entradas remitidas desde el Eibar y las originales iniciativas de algunos aficionados carbayones, que han llegado a hacerse socios del club armero para poder acceder a localidades adicionales- empujarán a los once que salten al césped.

Con esos también parece estar el trabajo hecho porque según Garitano están «frescos, alegres» y conscientes de que «la eliminatoria no está encarrilada. Aunque tengamos un gol de ventaja, veo la eliminatoria parecida a la anterior», asegura el entrenador vizcaino.

De hecho, más la renta que se trajo del Tartiere, el técnico se queda con la certeza de que su equipo «es capaz de hacer bien las cosas, como demostramos allí. El equipo sabe dar un buen nivel hasta en los momentos más difíciles». Algo que, en este caso, debe servirle para superar la tentación de la confianza excesiva y afrontar el partido «sin pensar en el anterior. Lo vamos a afrontar como siempre, como si fuera un partido de Liga». Así que nada de ejercer de Tío Gilito con sus monedas. «Vamos a ir a marcar. Cuando tienes algo que guardar, es normal meterte atrás, pero nosotros no tenemos nada, no pensamos en el resultado anterior», insiste Garitano, que mantiene la única baja de Rubén Arroyo y que dará a conocer su convocatoria en los momentos previos al choque.

En la del Oviedo destaca la presencia de Galder Cerrajería, ya recuperado. No así la del exjugador del Real Unión Iker Alegre, con el que Juan Carlos Granero ha preferido no arriesgar. El técnico carbayón, que contrariamente a sus costumbres no ha adelantado sus intenciones para la cita -incluso dos de los entrenamientos de esta semana se han desarrollado a puerta cerrada-, reconoce que el reto no es sencillo, pero ve a su equipo «capacitado» para voltear la eliminatoria. Sobre todo si se convence de que puede hacerlo. «Es un partido que se juega desde el punto de vista emocional», asegura, aunque reconoce que «razón y emoción, cabeza y corazón, tienen que jugar en armonía» y no descuida aspectos más pragmáticos, como el tipo de juego del que tendrá que tirar hoy el Oviedo.

No son pocos los que consideran que las características de Ipurua, tan temidas por los visitantes en ocasiones, pueden favorecer el fútbol rápido y directo de los asturianos. El propio Granero admite que «las acciones a balón parado», otro de los puntos fuertes de los asturianos, pueden resultar «decisivas». Respecto a su anfitrión, destaca «su contraataque, con Mainz y la gente rápida que tiene por fuera. Lo hemos trabajado porque hay que contrarrestarlo bien», admitió.

Alavés y Bilbao Athletic, mañana

También Alavés y Bilbao Athletic, que todavía realizarán un entrenamiento más antes de sus encuentros, viajarán con ventaja. Muy considerable la de los albiazules, que mañana disputan en Tenerife su último encuentro de la temporada, con la intención de redondear una campaña magnífica con el título de campeón de Segunda B.

Algo más complicada está la cosa para el filial rojiblanco. También se impuso en el choque de ida (2-1), pero el gol con el que acortó distancias el Huracán Valencia puede pasar factura. Más aún teniendo en cuenta que el choque se disputa en el Municipal de Manises, un estadio pequeño y, sobre todo, con un ambiente previsiblemente muy caliente, que puede convertir el partido en una auténtica encerrona.