Copa FIFA Confederaciones de Brasil
Ensayo del Mundial 2014
Brasil y Japón, únicos clasificados de momento para el Mundial 2014, inauguran el torneo, donde los anfitriones y España son favoritos.
Joseba VIVANCO
Brasil y Japón, curiosamente los dos únicos equipos clasificados ya para el Mundial de 2014, serán los encargados de abrir esta noche (21.00, Telecinco) la Copa Confederaciones, ensayo de la cita mundialista del próximo año, y donde los cariocas y la selección española se presentan como principales favoritos, con permiso de las habituales sorpresas en este torneo organizado por la FIFA y cuyo origen data de hace 21 años, cuando Arabia Saudí fue el escenario de su primera edición, con solo cuatro equipos en liza.
El Estadio Nacional Mané Garrincha, de Brasilia, acoge hoy el primer ensayo de la Canarinha con Neymar y sin Ronaldinho, una Brasil con la mirada puesta en su Mundial, una Brasil que, como sintetiza su técnico Luiz Felipão Scolari, «el equipo se está montando. Una vez leí en una revista que la naturaleza no da saltos. Tenemos que ir trabajando». Liderada por su capitán Thiago Silva, junto al central del PSG en la Seleção figuran nombres como Neymar, Hulk, Dante, Dani Alves, Paulinho u Oscar.
Enfrente le dará la réplica una selección en auge como la de Japón, dirigida por el italiano Alberto Zaccheroni, liderada por jugadores como Honda, Kagawa o Nagamoto, y que arriba con la vitola de ser la más potente que nunca ha tenido el fútbol nipón; además, en Brasil, estará arropada por su amplia colonia japonesa.
Al margen de los auriverdes y los Samurais Azules, el grupo A lo completan nada menos que la últimamente desconcertante Italia -que no pisa Brasil desde 1956- de Buffon, Pirlo y Montolivo, pero también de Balotelli, De Sciglio, Alessandro Cerci y El Shaarawy, y un México que es -junto a España y Nigeria en el otro grupo- una de las cuatro selecciones que más partidos seguidos acumula sin perder. La Tri debuta ante la Nazionale mañana (21.00, Telecinco), con la confianza puesta en hombres como Chicharito Hernández, Giovanni dos Santos, Andrés Guardado o el prometedor central Diego Reyes, atado ya por el Oporto. «El fútbol está evolucionando a pasos gigantescos, hoy en día ya no hay esas enormes diferencias entre unos y otros», avisa el técnico centroamericano José Manuel de la Torre.
España, en el grupo asequible
En el Grupo B abre fuego mañana una de las dos selecciones que buscará el título que le falta, España. Los de Del Bosque son favoritos y esa condición la pondrán a prueba este domingo (24.00, Telecinco), ante el otro combinado que anhela también su primera Copa Confederaciones, el de Uruguay.
Los charrúas, que no han podido mantener el nivel de los últimos años pero llegan con el ánimo al alza tras su 0-1 ante Venezuela esta semana, intentarán de la mano del veterano Óscar Tabárez que Diego Forlán, Luis Suárez y Edinson Cavani den un susto a los de Vicente del Bosque y no dejarse a su vez sorprender por los otros dos integrantes del grupo.
El representante africano en esta Copa Confederaciones está por ver si serán las Superáguilas Verdes o los Superpollos, como se mofan en Nigeria cuando su seleccionado roza el ridículo. John Obi Mikel, el jugador del Chelsea, será su referencia, mientras que en ataque seguro que echarán de menos la ausencia de su compañero Victor Moses. Hoy deben llegar a Brasil, tras amenazar con no hacerlo por causa de unas deudas.
Su debut será contra la cenicienta, la exótica Tahití. Los Toa Aito («guerreros de hierro»), inesperado campeón de Oceanía y eliminado ya en la carrera de Brasil 2014, un grupo amateur con todas las palabras, con un solo jugador profesional, que antes de cada choque bailará su clásico haka de la guerra.
Neymar, Balotelli, Pirlo, Cavani, Xavi, Torres, son los nombres referenciales de esta Copa Confederaciones que tiene también un lugar para jugadores como Marama Vahiura, de 33 años, héroe futbolístico en su país, y que liderará a la cenicienta Tahití. Único jugador profesional del combinado oceánico, el futbolista del Panthrakikos griego -jugó varios años en la liga francesa- confía al menos en poder homenajear una vez a su pueblo con su popular celebración cada vez que marca: rodilla a tierra y dos paladas, imitando a un remero. Una celebración muy significativa para él, que de niño soñaba con ser surfista. «He hecho que la pagaya sea un símbolo de mi país», responde orgulloso. Él será el abanderado de un conjunto donde muchos jugadores están en paro, y donde destacan, al menos por su parentesco, cuatro miembros de la familia Tehau, dos mellizos, un tercer hermano y un primo.