Un total de 85 puntos de los 109 obtenidos por Miami Heat llegaban de la mano de LeBron James, 33, Dwayne Wade, 32, y Chris Bosh, 20. Gracias al puñetazo sobre la mesa del big three de la franquicia de Florida, los Heat derrotaban 93-109 a los San Antonio Spurs y empataban la final de la NBA a dos victorias, recuperando el factor cancha.

Así las cosas, pase lo que pase en el quinto partido, que se disputará en la madrugada del domingo al lunes en Euskal Herria, los dirigidos por Eric Spoelstra han conseguido que la finalísima se tenga que decidir en el American Airlines Arena de Miami. «Para eso nos esforzamos en obtener la mejor marca de la Liga regular», declaraba LeBron James tras superar en el desempate a Indiana en la final de la Conferencia Este. Otro tanto podría afirmar esta vez.

Las pérdidas texanas

No es nada habitual que San Antonio pierda 18 balones, pero así sucedió en el cuarto encuentro de la serie final. Dwayne Wade estableció un récord al robar seis balones a unos Spurs que, aunque lograron llegar vivos al último cuarto, siempre fueron a remolque en el marcador, a excepción del inicio.

El dominio en el rebote también fue para Miami, con LeBron James capturando 11 rechaces, de forma que San Antonio debió sobrevivir del acierto en el triple de Green y Neal, amén de la inspiración de sus estrellas. Pero Ginóbili tuvo un mal día -solo sumó 5 puntos- y Parker y Duncan esta vez no alcanzaron para liderar el triunfo.