Diputación fija en octubre de 2014 la puesta en marcha del nuevo sistema de peajes
La Diputación de Gipuzkoa presentó ayer los ejes de su propuesta de norma foral para financiar las carreteras. Será con un sistema de pórticos del que estarán excluidos los vehículos ligeros del herrialde.
Imanol INTZIARTE | DONOSTIA
Octubre de 2014. Esa es la fecha que se ha fijado el Departamento de Movilidad e Infraestructuras Viarias de Gipuzkoa para poner en marcha el nuevo modelo de peajes en el que sustentará la financiación de las carreteras del herrialde.
Tal y como adelantó GARA el pasado jueves, el control de los vehículos que circulen por este territorio se llevará a cabo con un sistema de pórticos -denominado Arkupe- que se instalará en las vías de alta capacidad no dependientes de Bidegi: la N-I desde Donostia hasta Etxegarate, la A-15 entre Astigarraga y Berastegi, la N-121-A entre Irun y Endarlatsa, y la GI-632 entre Beasain y Bergara.
Si la norma foral sale adelante, los vehículos ligeros de Gipuzkoa estarán exentos, mientras que en la carreteras que dependen de Bidegi -AP-8 y AP-1- continuarán con el tope de 25 euros mensuales.
La diputada Larraitz Ugarte indicó que se están estudiando fórmulas para «mitigar» los costes para todos los usuarios habituales, medida pensada sobre todo para los conductores de territorios limítrofes con Gipuzkoa: Bizkaia, Araba, Nafarroa y Lapurdi.
Respecto a los vehículos pesados, la UE no permite la discriminación positiva del transporte local, al considerar que ataca a la libre competencia. La Diputación insistió en que trabaja con los representantes del sector para escuchar sus propuestas y buscar fórmulas de «compensación».
Este fue uno de los temas que se trataron en Bruselas en la reunión que tuvo lugar el jueves entre una delegación foral y representantes comunitarios. «Nuestra valoración es muy positiva», indicó la diputada, quien destacó que un equipo de alrededor de treinta personas lleva varios meses trabajando en este sistema, complejo tanto en el aspecto técnico como en el jurídico.
38 millones más cada año
Joseba Altube, director de Infraestructuras Viarias, explicó grosso modo el funcionamiento de Arkupe. Los sensores detectan el dispositivo Vía T o, en su defecto, la matrícula, y con ese dato se sabe si se trata de un vehículo ligero o pesado y su procedencia. Países como Austria, Portugal, México o Chile cuentan con modelos similares.
Está previsto instalar 14 pórticos: siete en la N-I, tres en la GI-632, otros tres en la A-15 y uno en la N-121-A. Con ello se controlará el trayecto realizado y se cobrará en función de los kilómetros recorridos.
El presupuesto ronda los 18 millones de inversión inicial y 2 millones anuales para mantenimiento, mientras que se prevé recaudar, a expensas de que se aprueben las tarifas, unos 38 millones de euros cada año.
Al respecto, Altube matizó que la propuesta de la Diputación será que el precio vaya acorde a la calidad de las carreteras y en todo caso inferior al de las autopistas de Bidegi. Ugarte apostilló que se descarta el peaje con barrera previsto en Deskarga, que contemplaba un coste de 8,52 euros para los vehículos pesados.
Deudas y déficit histórico
Larraitz Ugarte justificó la implantación de más peajes en la necesidad de hacer frente a los 900 millones de euros que Bidegi tiene como deuda y en el «déficit histórico» que arrastra el mantenimiento de las carreteras, cifrado en otros 230 millones. «Así no comprometemos los presupuestos de la Diputación, haremos inversiones y seremos capaces de pagar la deuda de Bidegi y de dar la vuelta a esta situación», manifestó.
Diputación ya se ha reunido con las diferentes formaciones políticas. «Hacemos una valoración muy buena», indicó Ugarte, quien manifestó su intención de llevar a cabo otra ronda antes de presentar el borrador.