ACCIDENTE
Consternación en la familia ciclista por el fallecimiento de Rufino Murgia
GARA | BILBO
El pelotón amaneció ayer con la peor de las noticias, después de que el masajista de Euskaltel Rufino Murgia falleciese en la madrugada del domingo en el Hospital Universitario de Burgos, donde permanecía ingresado desde el jueves.
Lazkaotarra aunque residente en Beasain, Murgia, de 55 años, conducía uno de los autobuses de Euskaltel hacia los Campeonatos de España de Bembibre, cuando colisionó con un camión en la autovía A231, en la provincia de Burgos. Fue trasladado al Hospital Universitario de la capital burgalesa a donde llegó en estado de shock y donde se le intervino de urgencia de múltiples lesiones de gravedad. Murgia no pudo superarlas y falleció dos días después.
En un comunicado público, el equipo Euskaltel mostraba su consternación. «Hoy es un día muy triste para toda la familia de Euskaltel Euskadi. Nuestro compañero Rufino nos ha dejado», se aseguraba desde la formación. «Enviamos un fuerte abrazo y damos nuestro más sentido pésame a la familia y amigos de Rufino», del que destacaban especialmente «su incondicional amor por este deporte, su compañerismo y espíritu alegre, su ejemplo y entrega en un mundo que le apasionaba, desde la categoría profesional hasta la prueba más modesta de categorías inferiores. Goian Bego Rufino».
Ciclistas en activo y retirados, directores, auxiliares, equipos, periodistas, aficionados... fueron incontables las muestras de consternación por el fallecimiento de Murgia.