Al menos doce miembros de las fuerzas leales al presidente de Siria, Bashar al-Assad, murieron ayer por el estallido de un coche bomba con varias toneladas de explosivo cerca de una academia militar en la entrada sur de la ciudad de Alepo, junto a la localidad periférica de Jan al-Asal, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. En su reivindicación, el grupo rebelde islamista de los Libres del Sham, muy activo en la provincia, cifró en más de 50 en número de muertos en el atentado contra «un puesto de los servicios secretos de la aviación llamado Al Ud».

Prácticamente al mismo tiempo, una cadena de ataques perpetrados por seis kamikazes contra una comisaría y la sede de la Seguridad Criminal en los barrios residenciales de Ruken al-Din y de Bab Musala, en Damasco, causó la muerte de al menos once personas -incluidos los seis kamikazes, que las autoridades dijeron haber abatido antes de que lograran acceder a sus objetivos- y heridas a otras nueve, además de importantes daños materiales, informó el Ministerio del Interior.

Unas horas después, al menos siete personas perdieron la vida a causa de la explosión de coche bomba en el barrio de Mezzeh, en el oeste de Damasco, informó Efe fuentes oficiales. Según testigos, cuatro eran menores que jugaban al fútbol.

Rechazo de Irán

Este rebrote de la violencia se produce solo un día después de que los llamados Amigos de Siria decidiesen en Doha proporcionar de forma urgente a los rebeldes el material y equipamiento necesario -una manera eufemística de decir ayuda militar- para cambiar el equilibrio de fuerzas sobre el terreno.

Ayer, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Ali Akbar Salehi, criticó el acuerdo alcanzado en Doha y aseguró que Irán rechazará cualquier receta formulada desde el exterior para Siria.

En una rueda de prensa conjunta ofrecida este sábado con su homólogo libanés, Adnan Mansur, Salehi señaló que Irán participará en la reunión internacional de Ginebra-2 sobre Siria, pero no permitirá que ningún país extranjero se inmiscu- ya en los asuntos internos del país árabe y determine el destino del pueblo sirio, informó Hispan TV.

Según dijo, el apoyo a los grupos armados en Siria viola todos los principios de los derechos humanos y prolongará el conflicto. «El suministro de armas a grupos rebeldes que no respetan ni uno de los derechos humanos es cuando menos sorprendente. No les quepa la menor duda -advirtió- de que las consecuencias de este tipo de medidas se volverá en contra de los mismos países que apoyan a los terroristas».