La gestión y tratamiento de los residuos lleva tiempo siendo objeto de discusión en Gipuzkoa, que en este ámbito saca varios cuerpos de ventaja al resto de herrialdes. Y es innegable que este tema ha generado una importante controversia en algunas localidades donde, en términos generales, los vecinos se debaten entre el sistema coloquialmente llamado Puerta a Puerta y el quinto contenedor. Es igualmente cierto, sin embargo, que desde el primer momento este asunto ha sido utilizado de forma partidaria para intentar desgastar a la fuerza política que gobierna en el territorio y en la gran mayoría de los municipios, envenenando un debate que planteado en otros términos podría ser enriquecedor.

En este contexto, de la mano de la plataforma Tolosaldea Txukun este fin de semana se ha celebrado en Zizurkil lo que ha acabado siendo un remedo de consulta popular. Primero se impidió participar como observadores a vecinos que así lo habían solicitado por temor a que se produjera un fraude y, lo que resulta más grave, han quedado de manifiesto algunas irregularidades que por sí solas invalidarían un referendo mínimamente serio. Las imágenes difundidas por Naiz.info son elocuentes. En ellas aparece la jeltzale Maria Anjeles Lazkano invitando con toda naturalidad a una vecina a firmar en lugar de su marido detrás de un biombo, cuando según los promotores de la consulta el voto delegado debía ir firmado por la persona que delegaba para ser considerado válido. Además, una de las personas que preside la mesa falta a la verdad cuando asegura que los votos que no llegan firmados de origen son rechazados, cuando se ve que eso no es así. Otro video grabado expresamente por vecinos conduce a la misma conclusión: la sospecha era fundada.

Aun y todo, incluso tomando en consideración los datos aportados por los organizadores, la consulta no logró concitar la adhesión de la mayoría. Pero este dato, que debería ser el relevante, queda en un segundo plano ante la evidencia del engaño. Este fin de semana hay quien ha tirado su credibilidad al cubo de la basura; una consulta popular es algo mucho más serio.