Nigeria 0

España 3

Pocas veces un lateral izquierdo llega a ser tan determinante en ataque, pero si quien ocupa la posición es Jordi Alba puede esperarse cualquier cosa. El de Hospitalet, que en su trayectoria futbolística ha jugado en las más diversas posiciones, se mueve como pez en el agua cuando se encuentra frente a la portería local y ayer lo volvió a demostrar.

El azulgrana abrió y cerró la cuenta de la selección española en el encuentro contra una Nigeria que solo opuso resistencia -y mucha- mientras le duró el combustible. El depósito de los africanos se quedó a medias y solo les duró la primera mitad, en la que tuteó a la campeona mundial, disputándole la posesión de la pelota a base de poderío físico.

Incómodos, los de Del Bosque crearon más peligro en balones largos y a la contra que en lo que es habitual en ellos, manejando el esférico. Los africanos, merecieron al menos empatar, pero se les nubló la vista en los últimos metros. Con su bajón tras el descanso, ya fueron un juguete en manos de España, que ahora se medirá el jueves a Italia en semifinales.

Tahití encaja otros ocho goles

Uruguay será la otra selección que finalmente también pase al penúltimo escalón en busca del título, conformando el duelo sudamericano de las semifinales. Ahí se medirá pasado mañana a Brasil, anfitriona y principal favorita, junto a España, para hacerse con esta edición de la Copa Confederaciones. La escuadra charrúa confía en volver a reeditar el Maracanazo que firmaron en 1950.

Los de Tabárez golearon, como cabía esperar, a la simpática, pero endeble Tahíti, que volvió a llevarse un saco de goles, en esta ocasión un total de ocho. Los uruguayos saltaron con su equipo B, en el que destacó con cuatro goles Abel Hernández -Luis Suárez marcó dos saliendo del banquillo- y desentonó Scotti, al fallar un penalti y ser expulsado por doble amarilla.