Fin de la ultraactividad de los convenios laborales: encarar el desafío de otra forma, con otro nivel
El 7 de julio está a la vuelta de la esquina y esta vez no será solamente San Fermín y su invitación a la fiesta frenética. También se presenta con motivos para la preocupación. Y en un doble sentido: la fecha marca el final de la ultraactividad para muchos convenios laborales, y la manera de encarar el desafío no revela motivos para el optimismo: falta de espíritu de unidad sindical, estrategias de negociación divergentes... Y ello con una Patronal que juega con las cartas marcadas de una ley hecha a imagen y semejanza de sus intereses, cada día más chantajista, envalentonada por los nuevos giros de tuerca que anuncia el Gobierno del PP al dictado de la troika y el FMI. Todo lo que se ha hecho en los últimos treinta años en materia laboral ha ido en detrimento de los trabajadores, y el 7J marca un nuevo hito.
Ni el ensimismamiento en la defensa de una negociación empresa a empresa ni hacerlo sector a sector y herrialde a herrialde, ni siquiera un hipotético acuerdo interconfederal pueden, por sí solos, dar una respuesta a lo que está por venir. Todos tendrán que dar otro nivel si no se quiere proyectar la idea de que el problema, entre otros, es la falta de nivel.