Las protestas y el boicot opositor ponen en jaque al Ejecutivo búlgaro
Vladislav PÚNCHEV |
A la presión ciudadana que sufre el Ejecutivo búlgaro desde hace dos semanas se ha sumado ayer un renovado boicot de la oposición a la actividad parlamentaria, que amenaza con paralizar la actividad de gobierno y obligar a convocar nuevas elecciones.
La sesión plenaria de ayer tuvo que ser suspendida ya que solo 112 parlamentarios, socialistas y del partido de la minoría turca que apoyan al Gobierno, estaban presentes en un hemiciclo frente al que cientos de manifestantes pedían la dimisión del Gobierno.
El Partido Socialista Búlgaro, la principal fuerza que respalda al Gobierno, advirtió de que impulsará la celebración de nuevas elecciones si la actividad del Parlamento sigue bloqueada por el ultranacionalista Ataka.