El sector de la danza lamenta el fallecimiento ayer en Gasteiz del coreógrafo, bailarín y maestro de danza Gerardo Viana, conocido por el sobrenombre de Vladimiro. La Asociación Bilbao Ballet Elkartea (ABBE), mediante una nota remitida a este diario, dio a conocer la prolífera carrera del bailarín. Nacido en Ortuella Vladimiro fue uno de los conocidos como «niños de la guerra» que tuvieron que huir de Euskal Herria por la represión. Se exilió en la Unión Soviética, donde conoció la danza y le crearon su apodo. Al regresar a Bilbo en 1957 fundó el Ballet de la ABAO, y consiguió su mayor éxito una década más tarde como coreógrafo con la obra «Miniaturas españolas».

Se mantuvo en activo en relación con la danza hasta que en los años 70 tuvo un accidente de tráfico que le obligó a permanecer en silla de ruedas el resto de su vida. A pesar de ello no dejó su última coreografía y, tras pasar un tiempo inmovilizado, consiguió montarla gracias a la ayuda de su hijo Sergio. «Gernika», una obra llena de personajes mitológicos vascos, se estrenó en 1990.

Vladimiro se afincó en Gasteiz en 1992 y poco después obtuvo la Medalla de las Bellas Artes, una distinción que se unió al nombramiento de Maestro Emérito de Rusia otorgado años antes. Recibió varios homenajes a lo largo de estos últimos veinte años, entre ellos el de la propia ABBE con motivo del Día Internacional de la Danza en 2007.