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Maite SORoa | msoroa@gara.net

Egipcio o franquista, ¡viva el golpe militar!

Lo de Egipto a servidora se le escapa. Vaya de antemano la confesión. Si esa es la «primavera» que muchos loaban, lo que pueda traer consigo el «invierno» que se presagia va a ser de armas tomar. Las primeras elecciones «democráticas» de Egipto y las más importantes del mundo árabe anuladas por un Ejército que subvenciona Obama y que nunca a dejado de reinar en el país de los faraones. En fin, indecencias de la geopolítica.

Leía una ayer la prensa neofranquista con interés, por aquello de que algo saben de auspiciar, defender o edulcorar golpes militares. El de Franco y sus crímenes de lesa humanidad, y no pocas asonadas en Latinoamérica. Me invadía la curiosidad, ¿cómo valorarán el golpe militar egipcio? ¿harán como con el franquista, considerarlo como un mal menor y necesario para evitar «mayores desastres»? Ciertamente, una que en este oficio tiene muchas escamas y ya se sorprende por poco, no iba desencaminada hacia lo que se iba a encontrar.

El vetusto «Abc» llevaba a su tercera una antología del golpismo de mil pares de pistones. El tal Serafín Fanjul, miembro de Real Academia de la Historia, escribe un alegato que revela su ADN, de dónde le viene la casta al galgo. Como botón de muestra valen la primera y la última frase de su artículo: «Ocurrió lo menos malo... habrá servido el pragmatismo de admitir un golpe militar». O sea, ni tan malo, totalmente admisible y servicial. Todo dicho.

En el enfoque de la información, el golpe militar rimaba con euforia en las calles y celebración desbordada. Ningún análisis crítico, un todo va como tiene que ir. Eso sí, los titulares, todos en la misma línea.

Para «La Razón», solo se trata de un «Golpe a los islamistas», mientra que para «El Mundo» «El ejército descabeza la cúpula islamista». Y leyendo las noticias, el relato que ofrecen repite el esquema maniqueo de buenos -los militares- y malos-los Hermanos Musulmanes-. Una vez construido el chivo expiatorio y categorizado como el nuevo demonio con rabo y cuernos, la terapia de choque se hace presentable y respetable. Más o menos como hicieron con los «rojo-separatistas».

Ya ven, los viejos franquistas y el neofranquismo más pop vitoreando a los militares golpistas. Como siempre.

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