La Aduana de Bilbo, un edificio neoclásico datado en 1890, obra del tolosarra Eladio Iturria, ubicado en la antigua zona portuaria de Uribitarte, vuelve a registar movimiento de gente: alberga, en concreto, el rodaje de «Tres mentiras»; transformándose para ello en juzgado y comisaría de la Ertzantza.

El responsable de todo ello es el productor Joaquín Trincado, alguien habituado a convertir Bilbo en escenario cinematográfico. Participan de esta aventura, una vez más, dos personajes indispensables y presentes en toda su carrera: la directora Ana Murugarren y el guionista Luis Marías. «Tu novia está loca» y «Todo por la pasta», de Enrique Urbizu o «Sálvate si puedes» son algunas de las películas fruto de la colaboración entre estos tres profesionales y apasionados del cine. Con la que está cayendo, Trincado es de esos locos dispuestos a seguir haciendo cine porque, en definitiva, confiesa a GARA, se sigue sintiendo con la misma energía que tenía con 25 años, edad con la que produjo su primer filme.

Una historia de mujeres

«Mama», primera película de Pablo Berger, es el único trabajo de Joaquín Trincado donde el guión llegó de fuera: «Por lo general, partimos de una idea o un concepto mío que desarrolla Luis Marías», dice. Esa es la base, el comienzo de las películas elaboradas por este trío.

En esta ocasión, en «Tres mentiras», nos encontramos con una historia localizada en Bilbo a principios de los años 70 y en la actualidad; una historia con un tema atemporal: la maternidad y el derecho de las mujeres a ser dueñas de su cuerpo.

«No diré que es una película feminista, pero sí que es de mujeres. La idea nace de hechos reales, de un lugar dirigido por una monja donde mujeres que no podían exhibir su embarazo ni hacerse cargo del fruto de este pasaban esos meses de buena esperanza», explica Trincado.

Una vez habían dado a luz, los niños eran vendidos a familias que no podían tener hijos. La película cuenta la historia de tres de esas mujeres, recluídas en una sombría «residencia» del Ensanche. Tres mentiras.

Ya en el siglo XXI, Violeta, una chica moderna, tatuadora, descubre que su madre biológica fue una de aquellas chicas. Con la ayuda de Angel, un subinspector de la Ertzantza, intentará reescribir su vida y la de su madre.

Nora Navas y Mikel Losada son las cabezas del reparto que trabaja a las órdenes de Ana Murugarren y que se completa con cerca de 25 personajes más. Están, además, las 35 personas del equipo técnico: una apuesta fuerte, se mire como se mire, para estos nefastos tiempos que padecemos.