El eterno primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, el último dinosaurio de la construcción europea que ocupa la Jefatura del Gobierno luxemburgués desde 1995, se defendió ayer durante dos horas ante el Parlamento de su país de las acusaciones de los diputados por las irregularidades que habría permitido, en tanto que máxima autoridad, en la actividad de los servicios secretos.

Aunque en un primer momento rechazó dimitir, la pérdida del apoyo de sus socios en el Gobierno le obligó finalmente a presentar su renuncia y anunciar elecciones anticipadas, que se celebrarán previsiblemente el próximo mes de octubre.

Unas horas antes había iniciado con humor su discurso al señalar que «si sudo no es porque tenga miedo, sino porque hace calor». Durante su intervención negó una a una todas las críticas contenidas en el informe de la comisión de investigación que ha analizado irregularidades en el seno de los servicios de Inteligencia de Luxemburgo y rechazó asumir responsabilidades por ellos. El informe concluye que Juncker tenía una control limitado sobre la agencia (SREL), le considera «responsable» de las irregularidades, entre ellas escuchas ilegales y malversación de fondos, y le acusa de haber dejado actuar a sus agentes sin ningún tipo de control.

El primer ministro, que ocupa el cargo desde 1995 y es el jefe de Gobierno más veterano de la Unión Europea, defendió su labor y los intentos de reforma del servicio de espionaje que intentó llegar a cabo desde 2004, pero arrojó finalmente la toalla una vez que el otro miembro de la coalición gubernamental -el partido socialdemócrata luxemburgués (LSAP)- anunció que le retiraba su apoyo y reclamó elecciones anticipadas.

«Mañana propondré al Gran Duque la disolución de la cámara y la celebración de elecciones anticipadas», dijo Juncker a los diputados.

«La gravedad de los hechos es tal que el primer ministro debería asumir sus responsabilidades», afirmó el líder del LSAP, Alex Bodry, quien añadió que es «inimaginable que no pase nada» tras salir a la luz el escándalo.

Juncker lamentó que sus «explicaciones» no hubieran convencido al resto de fuerzas políticas y dio por terminado el maratoniano debate con el anuncio de su renuncia.

Según la edición digital del diario «L'Essentiel», las elecciones tendrán lugar en octubre y aseguró que el propio Juncker confirmó a uno de sus periodistas a la salida del pleno que volverá a presentarse a la reelección.