Tiempos de austeridad. Eso de que los precios se disparen según sube al cielo el cohete del Txupinazo tiene pinta de ser una costumbre en desuso. Después de cinco años de crisis y con más de 50.000 parados en Nafarroa, lo más sensato parece no pasarse con las tarifas para que la gente no se quede en casa. Y así lo ha entendido la mayoría de los establecimientos hosteleros de la ciudad, en los que la tónica general ha sido congelar los precios e incluso rebajarlos un poquito. En los últimos tres años, prácticamente no ha hecho falta cambiar la carta de precios.

Pero no todos han hecho esa lectura. En la plaza del Castillo, epicentro de la fiesta y también del precio fuerte, algunos no se cortan y no tienen ningún empacho en cobrar cuatros eurazos, cuatro, por un refresco de cola o 2,90 por un cafelito. Este último al menos era en la terraza, aunque en el interior la cotización ya está en 1,90, cuando a pocos metros de ese lugar no se pasa del 1,10.

Esto es lo que les espera a los turistas en la barra, pero ellos además tienen que costearse un lugar donde dormir. El precio de una habitación doble en hotel oscilaba, del 6 al 7 de julio, entre 250 y ¡¡6.000 euros!! Una vez pasados los días fuertes de las fiestas, la cosa se relajaba un poco, aunque sin bajar demasiado la guardia. Si se apuesta por el alquiler de viviendas, la cosa también se dispara. Según el portal inmobiliario fotocasa.es, las tarifas habían crecido un 123 por ciento más que si se tratara de otra temporada vacacional, con una media de 1.285 euros. Así que alojarse cuesta en fiestas 128 euros al día, 70 por encima de lo que cuesta en temporada alta fuera de los sanfermines.

Y los balcones para ver el encierro se mantienen entre los 35 y los 50 euros, desayuno incluido, sin que haya variado el precio, que hay que llenar.