Decimoséptima etapa
La prueba de la crono no engaña
Froome ganó sin exigirse ni arriesgar en una contrarreloj que dejó claras las fuerzas con las que llegan los favoritos a los días decisivos
Joseba ITURRIA | CHORGES
La exigente contrarreloj disputada entre Embrun y Chorges con 32 kilómetros de subidas y de bajadas sirvió para medir las fuerzas con las que cada ciclista llega a la última semana. Froome ganó sin necesidad de exigirse al máximo y sin arriesgar. Contador no lo aprovechó y quedó segundo al perder veinte segundos en la última bajada tras no querer cambiar de bicicleta y Kreuziger, Joaquim Rodríguez y Quintana confirmaron que llegan al final mejor que los Belkin y que entre los cinco estará el podio de París.
Si siempre se suele decir que los más fuertes suelen demostrarlo en la última crono del Tour, el que tuviera dos puertos de Segunda y ningún kilómetro de llano provocó que los nueve primeros de la etapa estén entre los trece mejores de la general y que un especialista como Tony Martin acabara el 27º a más de tres minutos de Froome.
Y eso que el alemán corrió con la carretera seca y que la lluvia hizo acto de presencia por vez primera en este Tour y llevó al líder a tomar muchas precauciones en las bajadas. Pero en las subidas todos fueron a tope y como prueba de ello la primera referencia tomada en el alto de Puy Sanières, que se empezaba a subir desde la misma salida. Allí Contador marcó el mejor tiempo con 2 segundos sobre Froome, 17 a Joaquim Rodríguez, 20 a Valverde y Kreuziger y 36 a De Gendt, el primero de los que no disputaba la general.
Froome no asumió riesgos
En la segunda referencia establecida en la bajada quedó claro que Froome no iba a asumir ningún riesgo al perder otros 18 segundos con Contador, pero los recuperó en la segunda subida, en la que habría marcado el el mejor tiempo si no llega a cambiar de bicicleta antes de la referencia. Joaquim Rodríguez también recuperó 17 segundos al madrileño en esa subida.
Sin embargo, la clave para la victoria de la crono no estuvo en las subidas, sino en la última bajada, en la que muchos de los favoritos optaron por cambiar de bicicleta y utilizar la de contrarreloj para aprovechar unas rectas en las que se cogía mucha velocidad sin arriesgar dando pedales con un plato enorme.
Contador siguió con la misma bicicleta y en los últimos doce kilómetros perdió 20 segundos con Froome. También Kreuziger cedió 25 en esa bajada con el inglés, pero desbancó a Mollema del podio y aventajó a Nairo Quintana, su mayor rival, en 48.
Y no hay que descartar de la pelea por el podio a Joaquim Rodríguez, el gran triunfador de la crono al acabar tercero a diez segundos de Froome y a uno de Contador. Ya en Manse demostró su voluntad de hacer trabajar a Katusha para mejorar posiciones y la pelea entre estos cuatro ciclistas por los puestos de honor es el mayor atractivo de las tres etapas de los Alpes.
Mollema, al que le faltó poco para irse al suelo, perdió dos minutos y tanto él como Ten Dam acaban justos. El que no podrá llegar a París es Jean Christophe Peraud, noveno en la general, que se rompió la clavícula a la mañana mientras reconocía el circuito. Quiso salir a la tarde, volvió a caerse y abandonó.
Fue el gran triunfador de la jornada al quedar tercero a diez segundos de Froome y uno de Contador y meter tiempo a Kreuziger y Quintana en su intento de entrar en el podio final de París. Los Belkin Mollema y Ten Dam van a menos.
El noveno clasificado se cayó a la mañana al reconocer el circuito y se rompió la clavícula. Intentó salir a la tarde con esa lesión y volvió a caerse y su abandono se sumó a la baja de Gorka Izagirre por enfermedad.
Ion Izagirre estableció el mejor tiempo cuando entró en meta y solo Van Garderen le superó hasta la llegada de los quince primeros de la general, que le relegaron a un meritorio decimocuarto puesto. Al término de la segunda subida era décimo a 1:31, pero en los últimos doce kilómetros de bajada Froome le metió 1:05 y perdió cuatro posiciones. Su satisfacción compensaba la decepción por el abandono de su hermano Gorka.
Tras la etapa comentaba a GARA que «estoy contento con la crono y con las sensaciones que tengo. Intentaremos hacer bien los Alpes, que tenemos gente que va bien para arriba. Quedan tres días duros y esperamos dar guerra y buscar una escapada de lejos. Es muy difícil ganar esperando al último puerto viendo que los líderes están muy fuertes, pero Mikel demostró en el Ventoux que está fenomenal. Creo que lo mejor es intentar entrar en una escapada y hará falta trabajo en equipo para que lo remate el más fuerte».
Debuta en un Tour que «me está gustando mucho. Es una carrera que tiene mucha repercusión. La gente lo vive mucho, hay mucha infraestructura, muchos medios, todo el mundo lo ve y es una carrera diferente a las demás y estoy muy contento por lo vivido hasta ahora».
Ni Mikel Nieve ni Igor Antón disputaron a tope la crono para guardar fuerzas para las tres etapas alpinas y no asumieron riesgos en las bajadas. Joseba ITURRIA