Euskaltel quiere ganar en Alpe D´Huez diez años después de Iban Mayo
Samuel Sánchez ganó en Luz Ardiden en 2011 diez años después de que lo hiciera Laiseka en esa misma cima en 2001 y Nieve e Igor Antón sueñan con repetir la historia y ganar en la misma cima de Alpe D'Huez en la que en 2003 Iban Mayo puso su nombre a una las 21 curvas.
Joseba ITURRIA
E l 13 de julio de 2003 Iban Mayo dio la segunda victoria al Euskaltel en el Tour al imponerse en Alpe d'Huez con 1:45 sobre Alexander Vinokourov y 2:12 a un grupo formado por Armstrong, Mancebo, Zubeldia, Beloki, Hamilton, Basso y Laiseka. Nunca Euskaltel ha metido tres corredores entre los nueve primeros en otra etapa del Tour. Iban Mayo, que atacó a siete kilómetros del final del grupo de favoritos, se colocó tercero en la general a 1:10 del tejano, que vivió su Tour más complicado y el mejor de la historia del equipo vasco, al colocar al de Igorre y Zubeldia entre los seis primeros de la general.
El único superviviente del Euskaltel de entonces es Tomás Amezaga, jefe de mecánicos desde hace ocho años que ha estado presente en los trece Tours del equipo y que acogió en su casa como si fuera un hermano a Samuel Sánchez cuando Madariaga lo fichó con 19 años. Se ha ganado la confianza de todos los líderes con «trabajo, honradez y buena disposición, no hay otra cosa».
Recuerda aquella victoria y «la primera con Roberto Laiseka en Luz Ardiden. Fue la leche. Era el primer Tour, Luz Ardiden estaba a tope con la marea naranja. Pero también la de Iban en Alpe d´Huez en los mejores años de Armstrong, que atacara y les dejara a todos... Todo aquel Tour estuvo muy bien. Haimar fue ya tercero en el prólogo, llevamos a los dos entre los cinco primeros todo el Tour y pasaron Tourmalet tras Armstrong y Ullrich... Se vivieron etapas vibrantes».
De sus trece Tours recuerda que «las victorias es lo máximo, pero el Tour se vive muy intensamente siempre, cada etapa se vive al 100% y si te va bien... Como en 2011 con Samuel ganando en Luz Ardiden y la montaña, o en 2007 con Txurruka la combatividad. Además tienes mucha relación con los corredores, Samu es como un hermano, con Igor Antón he estado desde amateur, con Laiseka toda la vida... Este equipo es muy cercano y se vive todo muy intensamente».
El punto culminante de la marea naranja
Igor Antón no vivió la victoria de Alpe d' Huez en el Tour, pero la recuerda bien: «Era mi segundo año en el Orbea Olarra amateur, estaba disputando el Lehendakari y quién me iba a decir que podía estar en Euskaltel y vivir todo lo que he vivido. Veníamos de la victoria de Laiseka, Mayo estaba en el momento de auge y aquel año fue el punto culminante de la marea naranja, con Haimar, que también estuvo muy bien. Fue un año que el equipo crecía y tras Armstrong y Ullrich estaban ellos con Vinokourov».
Le gustaría imitar a Mayo diez años después: «Es la etapa más bonita, la más mítica. Veremos cómo se desarrolla porque es difícil sorprender, pero hay que intentarlo en una escapada o, si no, al final adelantándote. El inicio de la etapa no me favorece, el día siguiente es más fácil coger la escapada porque se empieza con un puerto duro. Pero me encuentro bien. En Pirineos estuve bastante bien, se nota la fatiga, aquí todo pasa factura, pero voy a luchar para ver si en Alpes mejoro lo de los Pirineos».
Para ello se tomó la crono de ayer con tranquilidad: «La idea mía no era darlo todo. Si estaría disputando la general, no te queda otra, pero la idea era hacer una crono ligera y guardar un poquito porque nos quedan tres etapas durísimas». Con parecido planteamiento la abordó Mikel Nieve: «He forzado un poco en las subidas para coger un buen ritmo porque no te puedes relajar, pero para abajo no he asumido ningún riesgo y me he quedado con buenas sensaciones».
De cara a la etapa de hoy cree que «es difícil saber cómo va a salir y cómo se va a mover la gente. Hay que ir con vista porque igual es una etapa que se la van a jugar los de la general. Puede salir una escapada, pero también es posible que Movistar, Saxo y Katusha quieran hacer dura la carrera».
Admite que ganar en Alpe d'Huez como lo hizo Mayo hace diez años sería bonito, pero tiene claro que cualquier sitio para ganar en el Tour es bueno: «Si tengo que elegir una de las tres que quedan igual sí me quedo con ésta, pero no descartaría la de Grand Bornand, me haría igual de ilusión».
También piensa en el maillot de la montaña que ha lucido en las últimas etapas, ganar en Alpe d'Huez da 50 puntos, pero «sabiendo que es muy difícil porque vienen dos días claves en los que se jugarán la general y la montaña. Intentaré buscar todas las oportunidades y, si puedo, lograr los puntos».
El Tour ha elegido Alpe d'Huez para darle un carácter especial en su edición 100 con una doble subida, lo que implica que por primera vez se bajará. Hasta ahora cada vez que se había subido era para acabar una etapa. El primer ganador fue Coppi en 1952, el segundo en 1976 Zoetemelk y a partir de ahí ha sido una llegada frecuente en la que han ganado grandes corredores y dos vascos, Mayo y Etxabe en 1987.
Para poder realizar una doble subida se ha asfaltado la pista que conducía al col de la Serenne, tres kilómetros al 7,8% que se empalma con la primera ascensión de Alpe d'Huez, que se corona a 50 de meta. Este puerto está cerrado al tráfico desde el 12 de julio. Solo pasarán por ahí hoy los coches de los directores, los de los médicos y los organizadores. Ni la caravana pasará para proteger una carretera de descenso que ha levantado críticas porque no hay barreras de seguridad. Hay riesgo de tormentas y niebla que pueden poner en peligro la bajada. Joseba ITURRIA