El polideportivo de Mendizorrotza será está noche (21.00) testigo de otra noche de sonidos amables, de propuestas musicales susceptibles de acercar al jazz a la persona menos pensada, compases hermanados con otras músicas populares. El pianista Jacky Terrasson (Berlin, 1966) y la cantautora Melody Gardot (Nueva Jersey, 1985) serán los encargados de deleitar al respetable. Jacky Terrasson es uno de estos músicos habituales de los festivales veraniegos de jazz gracias a que sus registros son muy próximos al pop. Está noche presentará su disco «Gouache» (2012), primero que graba para Universal Jazz France. Vendrá acompañado de un grupo formado por el clarinetista y saxofonista Michel Portal, el trompetista Stephane Belmondo y Cécile McLorin Salvant.

También habitante de aguas templadas es la segunda invitada, a quien la revista «Downbeat» presentó de este modo: «Melody es probablemente la cantautora con raíces folk más sofisticada desde el punto de vista musical desde Joni Mitchell. Canta en distintas variantes de cool emocional y no pocas étnicas».

En el Principal (18.00, 15 euros) estará el contrabajista Ben Williams, ya conocido en Gasteiz, quien, según la web del festival, «interpreta jazz, rap o funk con música de Woody Shaw, Stevie Wonder o Michael Jackson en su repertorio y hay homenajes a Lee Morgan o James Brown».

Fiesta en la apertura

Ayer por la noche, fueron Ibrahim Maalouf y Bill Frisekll quienes pisaron las tablas. Ambos fueron precedidos por el gospel de la jornada inaugural, protagonizada por Los Angeles Crenshaw Gospel Choir. El de ayer fue un espectáculo de casi dos horas, convertido en una celebración gracias al entusiasmo que transmite este coro. Además el jovencísimo grupo tiene una importante componente de espectáculo, tanto en los atuendos como en el dinamismo de los músicos, constantemente en movimiento y más coordinados de lo que pueda parecer en un principio. Sin buscar el lucimiento personal y dedicándose más a la escenificación de su música, el público lo entendió y se apuntó a la fiesta.

El final se dio con todo el pabellón de pie. Iris Stevenson pidió encender las luces para ver al público cantando himnos.