Washington quiere dar una oportunidad al golpe de Egipto
Estados Unidos afirma que hace falta más tiempo para que pueda aclarar si lo sucedido en Egipto es un golpe de Estado. Por el momento, según su secretario de Estado, John Kerry, «es demasiado pronto» para hacer un juicio y optó por esperar que las nuevas autoridades «restauren el orden», aunque estimó que los militares actuaron «en una situación extraordinaria, de vida o muerte».
GARA |
Quince días después del golpe de Estado en Egipto, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, se mantenía ayer renuente a calificarlo como tal. A su juicio, «es demasiado pronto» para decir qué dirección va a tomar Egipto tras el derrocamiento del presidente electo, Mohamed Morsi, y la persecución de su formación política.
«Se debe restaurar el orden de forma clara, se debe restaurar la estabilidad, se deben proteger los derechos y el país debe ser capaz de retomar el curso normal de las cosas», declaró desde Jordania.
Aunque dijo estar preocupado por las detenciones políticas, subrayó que «es demasiado pronto para hacer declaraciones o juzgar qué dirección va a seguir», pidiendo que se juzgue a las nuevas autoridades por sus actos.
Kerry se entrevistó en Amán con representantes de los principales países árabes y Egipto estuvo sobre la mesa. El secretario de Estado de EEUU siguió evitando calificar el derrocamiento de Morsi por los militares como un golpe de Estado.
Si Washington lo hiciera, siguiendo la ley estadounidense, debería suspender la ayuda de 1.500 millones de dólares anuales que otorga a Egipto (1.300 millones directamente al Ejército).
Kerry pide tomarse su tiempo
«Es una situación extremadamente compleja y difícil. Tenemos que tomarnos el tiempo necesario, por la complejidad de la situación, para evaluar lo que pasa, examinar todas nuestras obligaciones según la ley, y hacerlas coherentes con nuestros objetivos políticos», afirmó Kerry. «No voy a hacer un juicio prematuro sobre esta cuestión. Voy a esperar a que nuestros juristas trabajen» sobre ella, añadió. Pero se mostró comprensivo al añadir que antes del derrocamiento de Morsi, había «una situación extraordinaria en Egipto, era una cuestión de vida o muerte, con un potencial de guerra civil y de enorme violencia». Ahora, «tenemos un proceso constitucional que avanza muy rápidamente».
«Todos muy competentes»
También tuvo elogios para el nuevo Gobierno impuesto por las autoridades golpistas.
Kerry estimó que «todos son personas extremadamente competentes».
El martes tomó posesión este nuevo Gobierno, en el que el hombre fuerte del país, el general Abdel Fattah al-Sissi, además del Ministerio de Defensa, se ha reservado el puesto de viceprimer ministro.
Los Hermanos Musulmanes han dejado claro que no reconocen «la legitimidad ni la autoridad» de este Ejecutivo y que sus partidarios continuarán movilizándose para que Morsi sea restituido en su cargo.
Un ataque contra un puesto de control del Ejército en Rafah, en la frontera con Palestina, dejó al menos ocho heridos, seis de ellos militares. Varios hombres armados a bordo de un vehículo todoterreno lanzaron cohetes sobre el puesto situado en un barrio de la ciudad, antes de emprender la fuga.
Amnistía Internacional ha denunciado que cientos de partidarios de los Hermanos Musulmanes han sido detenidos, privados de sus derechos legales y sometidos a malos tratos, como palizas, descargas eléctricas y golpes con culatas de fusiles. Asimismo, recordó que se sigue sin conocer el paradero del derrocado presidente Mohamed Morsi, cuyo caso equivale a una desaparición forzada y a quien se ha privado de derechos básicos.
La responsable de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, visitó ayer El Cairo donde se entrevistó con las nuevas autoridades salidas del golpe de Estado y con algunos miembros de los Hermanos Musulmanes, pero se le impidió ver al derrocado presidente, Mohamed Morsi. Ashton se reunió con el presidente interino, Adli Mansur, y con el verdadero hombre fuerte del nuevo régimen, el general Abdel Fattah al-Sissi. La responsable de la política exterior europea expresó su preocupación por la situación y lamentó no haber podido ver a Morsi, que sigue retenido por el Ejército en un lugar secreto. «Creo que debería ser liberado, pero me han asegurado que se encontraba bien. Me habría gustado verle», se resignó. En la misma línea de contemporizar con las nuevas autoridades, Ashton insistió en la «importancia de un proceso muy abierto». También se reunió con responsables del Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes, que le transmitió su «condena a las posturas de partes internacionales que no han rechazado el golpe de Estado, entre ellas la UE» y le relataron «las prácticas represivas y violaciones de derechos humanos por parte de los golpistas, incluidos los asesinatos de manifestantes».
Al mismo tiempo, continuaban las movilizaciones masivas a favor del depuesto presidente y miles de personas llegaron a 200 metros de la sede del Gobierno para denunciar la ilegitimidad del nuevo Ejecutivo. Después se dirigieron a la Universidad de El Cairo. Hasta el anochecer no hubo incidentes. El lunes murieron al menos siete personas en la capital egipcia y desde el golpe son ya más de un centenar los fallecidos. GARA