El chapuzón es torrencial y agua helada: Bruselas dicta una sentencia que obliga a la devolución de unas ayudas a la construcción naval que puede provocar un nuevo naufragio económico y laboral. A los profanos nos cuesta entender lo que ha sucedido, el proceso, pero nos coloca ante una nueva agresión, y serán como siempre, los que menos culpa tienen, los trabajadores, los que van a pagar este pato mareado. Todo viene por acumulación de negligencia administrativa, política, en todos los estamentos que intervienen en este asunto, desde el gobierno central, el de las cajas de puros, y los autonómicos, colocando en la misma foto al supuesto narco-presidente de Galicia y a Urkullu, con su verbo herido de abulia e incapacidad.

Pero volviendo a la tele, y solamente a la tele, es decir a la política televisada, la vida en diferido, resuelta que José Luis Moreno vuelve a ser noticia, primero por una condena en los juzgados de los social por pagar poco a los actores en las series que produce. Pero también por es uno de los dadores al PP, lo que le convierte, en un tomador: miren los canales públicos ocupados por el PP y verán siempre uno, dos o siete programas de sus factorías. Una buena inversión. Sale en los papeles de Bárcenas que también recibió ayuda Jiménez Losantos, pero esto es bien sabido, es normal, es uno de sus zapadores.

Lo que nadie podía intuir es que del dinero negro se pagara la defensa de los inculpados en aquel escándalo del Yak-42 donde murieron decenas de soldados por cuestiones de ahorro y corrupción en la contratación de los aviones de transporte. El hacedor, Federico Trillo, entonces ministro del ridículo, siempre el jefe de las estrategias jurídicas de la banda, ahora embajador en Londres.