Los casos de dopaje de la semana no terminaron de ensombrecer la cita de Mónaco, décima de la Diamond League. Con un brinco de 5,96 metros, Renaud Lavillenie brilló con luz propia en la cita monegasca, logrando la mejor marca del año y arrancando los mayores aplausos del público. También trató de volar sobre los 6,02 metros, pero no pudo mejorar el récord del mitin.

No fue la única mejor marca mundial del año, y ni siquiera la más espectacular, ya que la prueba masculina de los 1.500 metros se llevaba la palma. El keniata Asbel Kiprop paró el crono en 3.27.72, casi cuatro segundos mejor que la anterior mejor marca mundial de 2013, en manos del propio atleta, mientras que Mo Farah, aunque no participase en su distancia, acababa segundo con 3.28.81, permitiéndose el lujazo de lograr el récord de Europa de la distancia reina del medio fondo, superando los 3.28.95 que ostentaba Fermín Cacho desde agosto de 1997. De hecho, los siete primeros clasificados registraron su mejor marca del año.

Un gris hectómetro

Con 9,94, Justin Gatlin se impuso como se esperaba en la prueba de los 100 metros lisos, una prueba muy gris, en la que solo destacó la segunda plaza, con 9,96, su mejor marca, del joven estadounidense Dentarius Locke.

Porque en comparación, hubo resultados de lujo en Mónaco. Con 49,33, la atleta de Botswana Amantle Montsho logró el récord de la Diamond League de los 400 metros lisos femeninos; la velocista de Costa de Marfil Murielle Ahoure hizo el récord de su país al ganar los 200 metros con 22,24; el checo Vitezslav Vesely, con 87,68 metros, hizo la mejor marca mundial del año en lanzamiento de javalina. Por último, el keniata Edwin Soi hizo la mejor marca mundial del año y récord del mitin en 5.000 metros con 12.51.34.