A veces te inducen al chiste fácil. Estreno en Tele 5 de «Campamento de verano» y en Antena 3 de «Arrow». Flechas por todos lados. En el canal de Planeta, flechas y arcos de época, en la de Mediaset un grupo de buscavidas disfrazados de scouts, exploradores y haciendo publicidad de una marca de botas y ropa pija de campo. Como empezó en un dieciocho de julio, venía a cuento lo de «un flecha en un campamento, un flecha que era un meón». Los flechas de la falangista OJE, aquí en versión friki, en un programa que está hecho de retales, de deshechos de tienta y deudores de Hacienda.

Es un espectáculo de convivencia, con pruebas y reglamentos, pero hecho de prisa y corriendo, sin completar un reparto adecuado y buscando en lo externo, en lo prefabricado la garra que dentro no parece existir. Me explico. El padre de una concursante de GH, el tal Modesto se convirtió en la primera gala en la estrella indudable. Se negaba a dormir a la intemperie: están en los montes de Gredos. Y montó un pollo. Muy gracioso el señor en su espontaneidad popular. Y desde plató, los que forman el jurado, un trío calavera demencial, y un conductor, Joaquín Prats junior, muy torpe, ortopédico, gustándose en su voz grave pero muy poco fluido. Un desastre.

Entre los flechas y la presentadora en el campamento, conocidas con ganas de fama a base de lo que sea o, con muchos antecedentes de crear amores de venta y entre ellas aquella concejala del vídeo convertida en un material televisivo de segunda y la estrella con más connotaciones, una escritora, de ascendencia vasca, Lucía Echevarria, que asegura acude al concurso porque «debo pasta a Hacienda». Ahí empieza el verso, el debate, las sospechas y lo relevante subsidiario. Esta señora ganó un Premio Planeta, ¿entienden la jugada de competencia entre cadenas? Ella es proclive a experimentar con su mismidad para suplir falta de calidad literaria, pero añade el asunto importante: hay que pagar impuestos o... puedes acabar en un reality. Un mensaje demoledor. Incitador a defraudar para aparecer en la tele. Por cierto, las asociaciones de escultismo han denunciado al programa por usar sus símbolos de manera frívola. Tienen razón.